El alcalde de Arona, José Julián Mena, confirmó ayer en rueda de prensa, una hora después de oficializarse la aparición de la última víctima mortal, que “no hay posibilidad razonable de que existan más” entre los escombros del edificio José y Julián.
Mena, emocionado pero sereno, señaló que “han sido días muy duros, pero hasta hoy teníamos esperanzas de que apareciera alguien con vida” y reconoció que “yo también, como ustedes (en referencia a los periodistas) me pregunto las causas que pudieron provocar el desplome del edificio”, insistiendo en que lo prioritario hasta ahora era la seguridad y el rescate, anunciando para los próximos días una amplia investigación sobre el suceso y las condiciones técnicas del edificio.
El alcalde estuvo acompañado en la rueda de prensa por Julio Calzadilla, director de Seguridad del Ayuntamiento de Arona y coordinador del operativo, y por Salvador Reyes, oficial jefe del Consorcio de Bomberos de Tenerife.
Reyes explicó que las labores de rescate han sido muy complicadas porque el edificio sufrió un derrumbamiento “tipo sándwich”, de manera que la distancia entre techo y techo de las cinco plantas era de apenas 25 o 30 centímetros.
Los cuatro inmuebles colindantes seguirán desalojados hasta que concluyan los trabajos de demolición de la parte del edificio que quedó en pie, y sus inquilinos seguirán mientras tanto alojados en hoteles. En total, hay 68 personas alojadas por el Ayuntamiento, entre ellos las que han perdido sus viviendas como consecuencia del derrumbe.
“El Ayuntamiento hará todo lo posible para que recuperen la normalidad de sus vidas lo antes posible”, se comprometió el alcalde, quien mostró su satisfacción y orgullo por el comportamiento de todas las personas que han participado en el operativo de rescate y de los vecinos de Arona, en donde se han declarado tres días de luto.
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