Moisés Simancas: “La moratoria turística definió el éxito del modelo turístico de Canarias”

El profesor de Geografía Humana de la ULL considera "acertado" la normativa que controló el crecimiento del sector porque frenó un "auténtico tsunami" de nuevas camas hoteleras y extrahoteleras y cualificó la oferta en Canarias.
Moisés Simancas, profesor de Geografía de la Universidad de La Laguna y autor de un libro sobre la moratoria turística. / SERGIO MÉNDEZ
Moisés Simancas, profesor de Geografía de la Universidad de La Laguna y autor de un libro sobre la moratoria turística. / SERGIO MÉNDEZ

El profesor de Geografía Humana de la Universidad de La Laguna Moisés Simancas ha publicado el libro La Moratoria turística de Canarias: La reconversión de un destino turístico maduro desde la Ordenación del Territorio, editado por la ULL. En esta entrevista el autor, que dirige el Observatorio de Renovación Turística adscrito a la Cátedra Ashotel-ULL, expone algunas de las principales conclusiones de este  detallado estudio de casi 500 páginas sobre un “acertado” proceso legislativo que, a su juicio, permitió frenar “un auténtico tsunami” de nuevas camas hoteleras y extrahoteleras y cualificó la oferta.

– ¿Qué queda de la Moratoria?
“Queda algo, pues se sigue condicionando la autorización de nuevas plazas turísticas a estándares ambientales”

– ¿Ha sido buena la Moratoria para la economía canaria?
“Ha definido un modelo turístico alojativo canario, el éxito de Canarias como destino turístico. La Moratoria llegó con el tercer gran boom turístico, cualificó el modelo y frenó un crecimiento brutal de la oferta”.

-¿Su fin entraña riesgos?
“La Moratoria tuvo sentido en un momento determinado de burbuja inmobiliaria y auténtico disparate, porque todos los ayuntamientos querían clasificar suelo turístico . En 1996 Canarias tenía 350.000 plazas y se produce un boom porque se dan incentivos regionales por parte de la UE, la RIC y unos tipos de interés bajísimos. Osea, la tormenta perfecta . Y existía el riesgo de llegar a 1,1 millones de plazas turísticas con un impacto brutal en el territorio. Ahora tenemos 420.000”.

– ¿Pero podemos hablar de moratoria en sentido estricto?
“Realmente no hubo un frenazo a las nuevas camas, no es cierto, no se dejó de construir. Sí que ha sido una moratoria de suelo, pues no se ha vuelto a clasificar suelo turístico, que yo sepa”.

-¿Cuál fue el germen político?
“Surge por el desencuentro de Adán Martín y Román Rodríguez. Este cree en el intervencionismo público desde el ámbito regional, Adán Martín se piensa mucho los modelos y cree en las decisiones desde cada isla. En ese momento, Faustino García Márquez con Adán Martín elaboran una estrategia para Canarias de desarrollo sostenible, el Documento Verde. y Román Rodríguez, a partir de un informe de la Consejería de Turismo que firma Andrés de Souza, plantea escenarios brutales de nuevas licencias . Y entonces se plantea la Moratoria, con el primer decreto, parar para pensar y elaborar las Directrices de Ordenación General y del Turismo”.

– La Justicia anuló el decreto…
“EL TSJC le mete un varapalo brutal. Hubo un lunes negro en el que el TSJC suspende por la noche el primer decreto y en 24 horas se publica en el Boletín Oficial otro”

– Y hubo ayuntamientos que aprovecharon ese vacío legal de un día para aprobar licencias…
“Sí, supongo que hubo alguna filtración del auto judicial, y con nocturnidad y alevosía a hicieron plenos a las 10 de la noche”.

– En 2003, la Ley de Directrices. ¿Cómo se logró la unanimidad?
“Fue la segunda Moratoria. El Parlamento le dio apoyo unánime porque se produjo lo que los economistas llaman captura del regulador por una serie de empresarios, con nombres y apellidos, a los que les beneficia la moratoria, porque establecerá estándares turísticos nuevos, con hoteles de 4 estrellas. Eso beneficia a Tenerife porque ya había optado por ese modelo. Hubo una reunión de empresarios de Tenerife y Gran Canaria, de un lobby, y políticos y de ahí salió qué tipo de establecimientos se iban a permitir”.
– Lo dice usted como algo positivo, pero suena a contubernio…
“Sí, positivo porque fue un modelo de éxito. Una influencia legítima de empresarios. Fue una decisión acertada para Canarias. Se paró el tsunami de 1997”

– Las Directrices no tuvieron desarrollo…
“No, porque a los pocos meses de aprobadas hubo elecciones y cambia el Gobierno canario, con Adán Martín de presidente en un pacto CC-PP, y se introducen planteamientos neoliberales. El gran fracaso de las Directrices fue su escasa aplicación”.

– Y llegamos a la Ley de Renovación y Modernización Turística. ¿Ha funcionado?
“SI, ya no preocupa tanto el número de plazas. Fue la tercera moratoria: se podían construir hoteles de 5 estrellas, pero si se querían construir de 4 antes se tenían que renovar uno de categoría inferior, y se articularon incentivos: mayor densidad, más edificabilidad, aumentar plazas…. No existe registro de esas plazas extra, los cabildos no los han creado. Hay 1.800 millones de euros para que los bancos presten dinero a los promotores. Los planes de modernización están ejerciendo un papel fantástico”.

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