Después de un largo letargo de 33 años, Valle de Guerra, y más concretamente el barrio de Las Toscas de Arriba, recupera las fiestas populares en honor de San Antonio de Padua. Una nueva y entusiasta comisión de fiestas, encabezada por Andrés Víctor López González, ha trabajado con entusiasmo para rescatar esta tradición perdida que rinde homenaje al que fuera sacerdote de la Orden Franciscana, venerado como doctor de la Iglesia por el catolicismo, San Antonio de Padua. Del mismo modo, en el programa de actos religiosos y populares que han preparado para celebrar durante este fin de semana, incluyen un homenaje al que fuera recordado presidente de la comisión de fiestas durante muchos años y padrino del citado patrón de Las Tocas de Arriba, Álvaro Abreu.
Según cuentan algunos de los vecinos más viejos del lugar, las fiestas de San Antonio de Padua son las más antiguas de todas las celebraciones del valle: la romería de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza; San Roque, El Carmen (La Barranquera) y Lourdes de la Hondura. Las fiestas en honor a San Antonio están citadas desde el año 1908.
Según consta en el Archivo Histórico de Noticias de La Librea de Valle de Guerra (1875-2015), recopilado por el ex presidente Derimán Alonso, La Librea, en la primera década del siglo XX (período Constitucional de Alfonso XIII), alternaba entre las fiestas del Rosario, en octubre, y las fiestas en honor a San Antonio de Padua, en julio. Y es que se recoge, por ejemplo, como el jueves 2 de julio de 1908, por la noche, “volverá a salir la procesión, con comedias y la Librea con sus barcos”. En 1909 se retomaría la costumbre de celebrarse en octubre y en 1911, el 8 de julio, “los festejos en honor de San Antonio de Padua en el Valle de Guerra”.
Los actos populares se hacían en la casa del matrimonio Eleuterio Cairos Bonilla y Carmen Dorta, concretamente en la parte baja del garaje, donde guardaban el viejo camión de la antigua casa rural. Dichos actos de tan popular barrio costero norteño consistían en la salida y veneración de San Antonio de Padua, acompañado por una gran comitiva y por el párroco de aquella época (1954), Leonardo Regalado. El programa constaba de un festival folclórico, ruedas de fuego como promesas pedidas al venerado santo también llamado San Antonio de Lisboa; lucha canaria, carreras de sortijas, campeonato de envite, etc. También había un ventorrillo tradicional, donde la carne fiesta y el buen vino se convertían en cómplices de las tertulias y la felicidad de muchos habitantes valleros. Los actos religiosos se celebraban en el salón de Ramón Rodríguez. El altar, donde estaba el santo sacerdote ubicado, lo enramaba con amor y devoción la vallera Teresita Rivero. Durante los tres días que duraban las señalas fiestas de tan importante barrio costero de Valle de Guerra, sus habitantes se sentían orgullosos de tan celebrados actos populares al culto de la imagen de San Antonio de Padua.
Muchos fueron los presidentes y comisiones de fiestas que representaron y trabajaron altruistamente durante muchos años en tan significativos eventos de solemnidad en honor a San Antonio de Padua. Incluso, hubo un año que la comisión de fiestas fue representada por mujeres valleras. Es por ello, y tras un largo periodo de ausencia de tan interesante evento popular religioso, que la nueva comisión de fiestas del presente año 2016, representada por el barrio Las Tocas de Arriba (Valle de Guerra), junto con sus habitantes, recuperan este año los actos en honor a San Antonio de Padua con veneración, devoción, amor y jubileo.
El programa de actos de este fin de semana incluye parrandas, festival folclórico, Día del Pan, exhibición de lucha canaria a cargo de la Escuela Infantil del Club de Lucha Rosario, final del campeonato de dominó, envite y gran paellada, rematando el domingo con fuegos artificiales y una verbena popular.
La fiesta se recupera en Las Toscas de Arriba con olores a tomillo; la brisa de sus costas y el aire puro y fresco del El Boquerón. Sin duda, el que fuera su gran iniciador, tristemente ya desaparecido, Álvaro Abreu, dejó un gran legado popular religioso en el barrio Las Tocas de Arriba y en todo el Valle de Guerra. Este año 2016, el santo franciscano será honrado en los actos religiosos oficiados por el reverendo Julio Ribot Rodríguez, junto a los miembros de la comisión de fiestas y cientos de fieles valleros que derrocharán alegría por la recuperación de la tradición perdida.
Hombro con hombro
Los artífices de que las Toscas de Arriba recuperen sus fiestas en honor a San Antonio de Padua 33 años después son un grupo de vecinos integrado por Andrés Víctor López González José Antonio Mendoza Mendoza, Severo Rodríguez González, Miguel Ángel Adrián Ramos, Agapito Barbuzano Rodríguez, José Francisco Adrián Barbuzano, José Damián Hernández Díaz y Cándido Julián Ramos. Este equipo no solo ha organizado el programa de actos festivos que comienza mañana viernes y que se prolonga hasta el domingo, sino que ha dedicado muchos días de duro trabajo, hombro con hombro, para reacondicionar el antiguo terrero de luchas, con el fin de recuperarlo tanto para la celebración de actos de las fiestas como para el uso de los vecinos del barrio, especialmente los más jóvenes.
[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]La propia comisión de fiestas rehabilita el antiguo terrero de lucha
La nueva comisión de fiestas de San Antonio de Padua está compuesta por: Andrés Víctor López (presidente); José Antonio Mendoza (vicepresidente), Severo Rodríguez (secretario), Miguel Ángel Adrián (tesorero), Agapito Barbuzano, José Francisco Adrián, José Damián Hernández y Cándido Julián Ramos. [/su_note]