De paseo culinario por las Ramblas y Weyler

La oferta gastronómica en esta zona de Santa Cruz abarca desde la cocina canaria hasta la extranjera (libanés, tailandés, mexicano y peruano) y restaurantes en los que hay que hacer cola

Amplia, diversa, temática, popular, de buen nivel, pero sobre todo, con diferentes opciones económicas, son los calificativos que pueden resumir en pocas palabras la restauración que alberga Santa Cruz en el espacio comprendido entre la plaza de Weyler y la zona de las Ramblas, que abarca desde la plaza de La Paz hasta la Plaza de Toros. Y como en la viña del Señor, se puede decir que hay para todos los gustos.

Si el paseo comienza por el entorno del abandonado coso taurino, se topa uno con dos restaurantes a los que les va a la perfección la categoría de populares. Uno de ellos, el más antiguo, es el Tahití, que ofrece cocina popular y casera al mediodía y a buenos precios. El otro es la Taberna Ramón, con lleno hasta la bandera la mayoría de los días, y con cocina de mercado, excelente jamón y quesos manchegos, que curan y afinan en la propia casa.

Muy próxima está la calle de El Perdón, que alberga dos restaurantes emblemáticos de Santa Cruz, como son El Coto de Antonio y Los Troncos. Del primero hay que decir que sus propietarios, Carlos Padrón, que trabaja en la sala, y Antonio García, en la cocina, se mantienen desde hace años como referentes de la buena cocina, trabajando productos frescos que a diario adquieren en el Mercado de Nuestra Señora de África de Santa Cruz. Una opción gastronómica que no falla.

A escasos metros, José Herrera mantiene alto el listón de la cocina popular canaria, bien elaborada, y con entrantes como los huevos a la inglesa, que se han convertido ya en un clásico. Es uno de los pocos lugares donde la casquería, abandonada por muchos restaurantes de la Isla, ocupa un lugar preeminente en la carta.

Reportaje fotográfico: ANDRÉS GUTIÉRREZ Y SERGIO MÉNDEZ
Reportaje fotográfico: ANDRÉS GUTIÉRREZ Y SERGIO MÉNDEZ

Misma calle y también a escasos metros, el chef de origen mexicano Armando Saldanha ha emprendido una aventura empresarial gastronómica con la apertura de dos restaurantes: el mexicano Amorcito corazón y Amor de mis amores, con sabores peruanos. Los fines de semana conviene reservar, ya que simplemente “están a tope”. Cerca también está el japonés Sakura, con sus elaboraciones asiáticas. La zona de la plaza de La Paz cuenta con el tailandés Taratahi, antes ubicado en la calle de Castro y recientemente trasladado al local de la antigua cervecería Metro, y El Libanés, que ya ha cumplido los 35 años de existencia, abriendo todos los días, incluidas sus noches, con ensaladas de perejil, cremas de garbanzos, empanadas, verduras y cordero, entre otros platos. Es otro de los clásicos de la capital.

En la calle de Juan Pablo II conviven la cafetería-bar, el 18 de Julio, entre cuyas especialidades está la ensaladilla y los camarones, El Galeón, cocina canaria, y La Frasca, platos tradicionales de la cocina española, como calamares a la andaluza, salmorejos, excelente jamón, fritos de merluza o carnes como las chuletitas de cordero. Variedad de opciones en una misma vía.

[su_pullquote]El Coto de Antonio y Los Troncos, en la calle de El Perdón, son dos referentes cuyo trabajo ha sido reconocido en múltiples ocasiones[/su_pullquote]

Si continuamos el paseo hacia la calle del Castillo, nos encontramos con el kiosco de la plaza de Weyler, que anuncia cambios no solo en su estética, sino también en su oferta culinaria para degustar tapas y pinchos con cañas de cerveza y vinos, entre otras cosas. Cerca de la Plaza de Toros, pero en la calle de Costa y Grijalba, se encuentra también el restaurante El Aguarde, donde sirven la mejor tortilla de papas, croquetas de cigalas, setas, excelentes pescados y carnes, como cordero o cochinillo, a cargo del cocinero Francisco Javier González-Haba. La propuesta gastronómica invita a compartir los alimentos en un ambiente agradable y moderno.

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