El Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Canarias está liderando un proyecto pionero que trabaja en crear una vacuna que pueda hacer frente al cáncer de próstata, una de las tipologías de esta enfermedad que más afecta a los hombres en todo el mundo. El subdirector de este centro, Juan Ignacio Padrón, es el coordinador del proyecto en el que hasta la fecha también ha participado el investigador tinerfeño Pedro Miranda. Tras dos años en los que se ha estado trabajando en distintas fases de la iniciativa en Estados Unidos, a partir del mes de enero de 2017 Miranda, con más de diez años de experiencia, volverá a la Isla para culminar esta fase de la investigación en el propio CSIC, periodo que se prolongará cerca de un año.
El proyecto ha sido financiado gracias a las becas concedidas por Europa que llevan el nombre Marie Curie, y que supone contar con una ayuda económica de cerca de 400.000 euros. Padrón recalcó, en declaraciones a DIARIO DE AVISOS, que muy pocas iniciativas científicas logra obtener estas ayudas europeas. De hecho, a modo de ejemlo, explicó que en los últimos años solo dos proyectos de este centro en la rama de no químicos han logrado la aprobación, y muy pocos en materia química. “El proyecto presentado por Pedro Miranda es muy competitivo, y obtuvo una valoración de 99 puntos sobre 100”, remarcó.
Esta vacuna tiene como objetivo principal no actuar de forma preventiva, sino que la idea, al menos a priori, es que sirva para pacientes enfermos, de tal manera que puede ser utilizada como tratamiento alternativo a la quimioterapia. Así, mientras que esta último ataca tanto las células cancerígenas como las que no lo son, causando diversos efectos secundarios como la pérdida del cabello, entre otros, la vacuna solo atacaría las células malas, por lo que tendría menos efectos secundarios, al menos a priori, destacó Padrón.
El procedimiento en el que se basa este medicamento consiste en inyectar una molécula que permita reactivar el sistema inmunitario para que este haga frente a las células cancerígenas pos sí solo. Por ello, de momento solo está concebido para aquellas personas que padecen la enfermedad. No obstante, Padrón explicó que a la largo plazo, como fin último, la idea es que la vacuna pueda tener un efecto preventivo, suministrándola a pacientes sanos. El responsable del proyecto afirmó que uno de los problemas del cáncer es que las células afectadas por esta patología son invisibles para el sistema inmunitario, y por tanto, este no puede hacerle frente, como sí lo hace con otras enfermedades. Por ello, la vacuna pretende activar el sistema para que pueda luchar por sí solo contra el cáncer de próstata.
RESULTADOS PROMETEDORES
El coordinador de la investigación explicó que, aunque existen otras que ahondan en la búsqueda de una vacuna, esta es pionera y novedosa por la molécula que se utiliza. Del mismo modo, recalcó que en los dos años de trabajos realizados los resultados han sido “prometedores”. Ahora, en este año que resta para finalizar la fase, la idea es ajustar las dosis de la molécula.
Sobre su futuro uso en pacientes, el coordinador aclaró que aún es pronto para fijar una fecha, ya que primero hay que culminar todo el proceso de trabajo, el cual se puede demorar varios años.
Esta iniciativa científica se está llevando a cabo desde el CSIC con la colaboración de The Scripps Research Institute en San Diego, (Estados Unidos). La solvencia de los centros participantes ha quedado demostrada. Por un lado, la instalación canaria es uno de los 130 centros que tiene el CSIC en España, siendo este el único del Archipiélago. Se trata de un centro multidisciplinar que investiga en áreas como química orgánica, química biológica, ciencias agrarias y recursos naturales.
Por su parte, The Scripps Research Institute es un instituto de referencia mundial en el campo biomédico. Trabajan unos 3.000 investigadores, en campos como la biología del cáncer, biología celular y molecular, química fisiológica, química orgánica, inmunología y neurociencia. Entre sus miembros tiene a tres premios Nobel (G. Edelman, K. B. Sharpless and K. Wüthrich).
Los tratamientos preventivas, objetivo final del proyecto
En el año 2010 la Food and Drug Administration (FDA) americana aprobó las primeras vacunas para el tratamiento del cáncer, las cuales utilizan antígenos. La última novedad es crear versiones sintéticas en los laboratorios de antígenos y usarlo para vacunas preventivas, que es el fin último que busca la iniciativa del CSIC.