Queremos movernos denuncia la inaccesibilidad de las últimas obras municipales

Una fuente en la plaza Mascareño, rebajes mal ejecutados o aparatos biosaludables no aptos para todos los vecinos, algunos ejemplos
Mengíbar denuncia que la fuente bebedero de la plaza Mascareño no es accesible para personas en silla de ruedas. / A. G.

La ley establece (desde 2009) que todas las obras que se realicen deben cumplir con los criterios de accesibilidad. Unos condicionantes que, según el colectivo Queremos movernos, el Ayuntamiento de Santa Cruz incumple casi de forma sistemática. Desde esta asociación, que defiende los derechos de las personas con algún tipo de discapacidad, se asegura que el Ayuntamiento apenas piensa en estos vecinos. “En la gran mayoría de las obras que se están haciendo no se tiene en cuenta la accesibilidad y en las que se tiene, las cosas se hacen mal”, sentencia su presidenta, Ana Mengíbar. El colectivo al que representa cita cuestiones tan sencillas como la instalación de una fuente-bebedero en la plaza Mascareño, en el barrio de Buenavista, “una fuente que una persona en silla de ruedas no puede utilizar, simplemente por que no llega”. Tampoco han tenido en cuenta a las personas con discapacidad en la instalación de módulos biosaludables, “los aparatos instalados no pueden ser usados por personas con discapacidad. Nos preguntamos si es un olvido o un despiste, pero la realidad es que no tiene explicación”, lamenta Mengíbar.

Desde la asociación se denuncia que para hacer obras de accesibilidad “se necesita algo más que un saco de cemento y una cuchara. Se necesita alguien que dirija esas obras”, lamenta Menígibar, quien añade que, “Sinpromi realizó el Plan Municipal de Accesibilidad, qué menos que contar con ellos para auditar las obras”.

“Un año para arreglar una barandilla y lo hacen mal”

Hace un año Queremos movernos denunció el mal estado de la barandilla de la escalera de la parte trasera de la iglesia de la Concepción. Un año después la han arreglado, pero, “no respeta la doble altura en el pasamanos y tampoco han resaltado el final del peldaño. El resultado, una obra inaccesible”, denuncia Ana Mengíbar.

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