Los Zeta Zetas se convirtió anoche, entre los aplausos del público, en la merecida ganadora del primer Premio de Interpretación de la final de murgas adultas. Los Mamelucos recibió la medalla de plata y Triquikonas cerró el podio. El accésit fue de Bambones. En el Premio de Presentación se impuso la murga Los Mamelucos. Los Trapaseros y Diablos Locos se hicieron con el segundo y tercer galardón, respectivamente, con accésit a La Traviata.
En un Recinto Ferial festivo y lleno hasta la bandera con 6.021 personas, a pesar de las condiciones meteorológicas adversas y las dos horas de cola que tuvieron que sufrir los seguidores murgueros, la final de Murgas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife comenzó con un gran homenaje a los 100 años de historia del género.

Tras la siempre agradecida actuación de la Nifú-Nifá y su Cubanito soy señores, saltó al escenario la primera concursante: Ni Pico Ni Corto. Floja actuación de los toscaleros, que certificaron que sus dos mejores temas de este año los cantaron en su fase. No en vano fueron de los mejores el lunes. Irregulares en voces, trataron los temas comunes, como la pobreza, Las Teresitas, sanidad, pero sin una letra que mostrara originalidad. Una pena, porque demostraron que lo pueden hacer mucho mejor.

La primera gran actuación de la noche, que levantó a todo el público y con consenso en redes sociales, fue la de Las Triquikonas. Un primer tema donde las chicas hacían un sentido homenaje al resto de murgas, alabando su trabajo y lo que más les caracteriza. Una canción que fue de menos a más y que terminó encantando. Un bonito homenaje a las murgas y a la trompeta murguera. Su segunda actuación, como viene siendo habitual, fue de humor. Se convirtieron en Miércoles, de la Familia Adams, siempre con cara de estar muerta por dentro, cantaron algunas maldades y también críticas, como “lo tuyo con las entradas de la final es hundirte en diarrea”, a Gladis de León. Actuación digna de final.

Burlonas hizo una excelente radiografía del Santa Cruz del siglo XXI en su primer tema. Con una afinación de lujo y buena armonía, le dieron leña a Bermúdez por todas partes, nombrando los grandes males de la ciudad, como que es aburrida, que está dejada de la mano de Dios y que todo gira al ocio, a lo que añaden “¿cómo crecen los negocios? En función del colegueo… Debajo del puente de La Noria dejaron un vertedero”. Una letra bien elaborada, al igual que la segunda, en la que se centraron en la bolsa y la banca. “Soy un broker de la bolsa en Santa Cruz. Y si hay un “Lobo de Wall Street, yo lo soy del Suculum”. Un tema irónico en el que jugaron con términos económicos para definir o criticar. Un aplauso a renta fija para ellas.

Los ganadores del año pasado, Los Mamelucos, no decepcionaron anoche. Si ya fueron los dueños de la tercera fase, en la final demostraron que no han bajado el nivel. Con, seguramente, las mejores voces del concurso, se marcaron dos temas con letras bien hiladas, sobre todo la primera, en la que cantaban a la burocracia. “Todo pasa por esa palabra y mientras nadie te contesta, tú tienes que aguantar tus propias desgracias”. “Tardan tres años en dar una silla de ruedas”, se quejan para afirmar después que ahora lo que se lleva es pedir firmas. Tocaron un tema delicado: “Con las leyes siempre pierdo yo. Los jueces siempre a favor de las mujeres, coño, el niño es mío también”. Asuntos muy susceptibles que, tal vez, sería mejor dejarlos fuera del escenario. Con el segundo tema fueron de menos a más, sobre todo al final, con la participación del público, en una canción donde escenificaban los diferentes tipos de gradas: de fútbol, el Congreso, el Recinto.

Diablos Locos se subieron al escenario después de pasar a la final por nombre. Y, definitivamente, 2017 no ha sido su año. Con su primera canción quisieron reivindicar la esencia de las murgas. Comenzaron con la trompeta, siguieron con el ego de los murgueros, el público y las chaquetas de la murga. Una letra irregular, aunque con intenciones. Pero las malas sensaciones volvieron con el segundo tema. Un intento de parodia, con cinco “dedos” interpretando mientras el público miraba al escenario con cara de desconcierto. Definitivamente, necesitan una renovación y, como merecen los trónicos, volver por todo lo alto.

Y si los Diablos decepcionaron, Bambones casi. El primer tema estuvo a la altura y, con mucha crítica, hablaba de las prohibiciones injustas de la sociedad y que ellos cambiarían, como, por ejemplo, “el político que hace favores; que las mujeres cobren distinto salario, los recortes, prohíbo que el pueblo se calle y aceptar lo prohibido” o también las murgas que traen letristas desde Gran Canaria. Con el segundo tema sorprendieron para mal. Si bien empezaron de forma preciosa, con algunos vestidos como aquellos gaditanos que trajeron las chirigotas y a ritmo de coplilla, y vacilaron con las murgas canarionas, que cumplen un año más que las nuestras, después bajaron de nivel.

Los últimos en actuar fueron Los Zeta Zetas y, a pesar de la hora lograron la mayor ovación del público. Primero con una canción dedicada a las mascotas, que comenzó con humor para terminar con mucha garra, nunca mejor dicho, en defensa de los derechos de los animales. Fue con el segundo tema cuando la murga, que nos tiene acostumbrados a innovar en cuanto a actuación, nos sorprendió, y además con otra letra potente. Los murgueros “desaparecían” del escenario y se teletransportaban a la Universidad de La Laguna, donde hablaban sobre la crisis en Educación; a las propias gradas del Recinto; la Plaza de Toros, “hoy ya es una ruina más”, y para terminar, un rajazo tremendo y muy aplaudido a RTVC con frases como “solo te importa enriquecerte. Queremos una tele que no robe a su gente y nos represente de verdad”. Los Zetas dieron un gran final a un irregular fin de fiesta murguera.