El Cabildo confía en dar una solución para Las Mesas en dos meses

El Gobierno insular no quiere repetir los errores que se cometieron en la Mesa Mota lagunera, donde impera el vandalismo, y entiende que la zona debe ser considerada como rural a efectos de seguridad
Trece años después del concurso de ideas, el parque capitalino ubicado en Los Campitos sigue cerrado al público. DA
Trece años después del concurso de ideas, el parque capitalino ubicado en Los Campitos sigue cerrado al público. DA

Dos meses. Es el plazo que se autoimpone el director insular de Movilidad y Fomento, Miguel Becerra, para dar una salida al santacrucero Parque de Las Mesas, proyectado como la zona recreativa urbana más grande de Canarias (1.860.000 metros cuadrados) y que, transcurridos 13 años desde el concurso de ideas que alumbró el proyecto, sigue sin abrirse al público, tal y como recordó ayer DIARIO DE AVISOS. Becerra explicó a este periódico que reconducir este proyecto es un tema prioritario para el Cabildo.

Para ello, desde el Gobierno insular se ha diseñado un proyecto complementario que recopila lo que se consideran las actuaciones básicas para salvar los obstáculos legales que impiden a los vecinos disfrutar del recinto, una tarea que llevará a cabo la empresa Gestión Urbanística de Tenerife, SA (Gestur Tenerife), en cuyo accionariado es mayoría el Gobierno de Canarias. Tras llevar a cabo ese proyecto complementario, consideran que desde ser el Ayuntamiento de Santa Cruz el que decida la configuración final de la instalación. Cuestionado sobre los problemas surgidos en estos casi tres lustros, el alto cargo del Cabildo lamentó que una ambiciosa idea para dotar de una excelente zona de ocio a la capital tinerfeña se haya retrasado tanto, a la par que recordó que el asunto sigue judicializado tras la ruptura con la empresa contratada en su día para hacer realidad lo proyectado.

En cuanto a los problemas de seguridad, Becerra no dudó en reflexionar sobre la posibilidad de repetir los errores cometidos en su día con la Mesa Mota (La Laguna), donde los vándalos han arruinado lo invertido. Así, se pregunta si el error no radica en concebir el parque como periurbano, cuando la realidad es que, por las características de su ubicación, es rural. “El proyecto surgido del concurso de ideas es magnífico, pero quizás necesitamos, por decirlo así, un parque más robusto, ya que vigilar continuamente un espacio de esas características requeriría tal esfuerzo policial que, sencillamente, no tiene sentido”, aseguró, por último, Miguel Becerra.

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