Un buceador profesional encontró hace unas semanas, frente a las costas de Güímar y Fasnia, los restos de un pecio que todos los indicios apuntan a que es el Tinerfe, el único barco hundido en la zona, en 1862, del que hasta ahora no se sabía su paradero en el fondo del mar.
El hallazgo, del que tuvo noticias ayer DIARIO DE AVISOS, fue comunicado a Patrimonio del Cabildo y este trasladó la información a Comandancia de Marina, que es la que se encargará de situar las coordenadas para evitar el expolio. esta información será remitida al Instituto Hidrográfico de la Marina, en Cádiz, aunque cada comunidad autónoma debe tener un registro de pecios.
La revelación hecha por el buceador a las autoridades, con fotografías donde se observa la losa chasnera que transportaba el barco -“que tiene todas las papeletas de ser el Tinerfe”, apunta el informe-, señala que el pecio se encuentra en un lugar casi inaccesible y muy peligroso por sus fuertes corrientes. “La mejor forma de conservarlo es dejarlo en el fondo del mar”, se concluye, entre otras razones, porque la extracción del supuesto Tinerfe resulta “muy compleja y costosa”.
35 fallecidos
Aunque la prensa de aquella época habló del fallecimiento del patrón (Tomás García) y ocho pasajeros, la información oficial recoge el ahogamiento de 35 personas, como recoge el historiador Octavio Rodríguez en su blog Historias y personajes del Sur de Tenerife. “El 25 de marzo de 1862, el pailebot Tinerfe salió de la costa de Granadilla de Abona hacia Santa Cruz de Tenerife, cargado de losas chasneras y frutas, pero desapareció en la travesía. El rumor sobre su naufragio se fue extendiendo por la Isla y se disparó cuando cinco días después de su partida apareció el cadáver de un hombre en la costa de Arona. Poco después se confirmó su hundimiento en la costa de Güímar, a causa de un fuerte temporal del noroeste, resultando ahogados los 12 tripulantes, incluido su patrón, Tomás García, y los 23 pasajeros; en total, 35 personas. Por ello, pasó a ser uno de los mayores accidentes marítimos de la historia canaria. La causa del naufragio se atribuyó a que el barco iba sobrecargado, lo que le impidió superar el mal estado del mar”. En su último viaje, en la mañana del 25 de marzo de 1862, el Tinerfe salió del puerto de El Médano con 12 tripulantes, cargado de losas y otros artículos, sobre todo frutas, así como nueve pasajeros. Hizo una escala en Los Abrigos de Rojas (La Tejita), en donde tomó otros seis pasajeros; y otra en el puerto de Lulaya (Los Abrigos), en el que se embarcaron otros ocho pasajeros. Desde este último lugar se dirigió hacia Santa Cruz de Tenerife, pero desapareció antes de llegar a dicha capital, de lo que se hizo eco el periódico El Guanche el 10 de abril.
En la amplia información que recoge el cronista oficial de Güímar, Octavio Rodríguez, sobre el Tinerfe, recuerda que fue construido en Tenerife en 1857, y entre 1861-1862 se especificaba que era un pailebot de cabotaje (goleta pequeña o velero de bordas poco elevadas y con dos o tres palos) de 55 toneladas.
Este barco operaba entre el sur de Tenerife (sobre todo en Los Abrigos y El Médano) y Santa Cruz de Tenerife, aunque con frecuencia también lo hacía entre la capital tinerfeña y Gran Canaria. En los muellitos de Granadilla embarcaba, sobre todo, losas chasneras (o losetas) y, en menor medida, papas, frutos, fruta seca, cochinilla, madera de tea, trigo, etcétera. En Santa Cruz de Tenerife cargaba diferentes mercancías, géneros (textil), sal, pipas o toneles.
Todo lo que lleva más de un siglo hundido es patrimonio
Aunque desde el Cabildo se informa de que el posible hallazgo del Tinerfe no entra en la consideración de Patrimonio Histórico, desde Comandancia de Marina se recuerda que cualquier objeto hundido hace más de un siglo tiene la consideración de patrimonio y el Cabildo puede requerir a la Armada su extracción.
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