La obra de la depuradora de Valle de Guerra superó los 12 millones

Los trabajos de reestructuración de la vieja estación se han hecho tanto para poder tratar los caudales y cargas contaminantes actuales como para los previstos en décadas futuras
Vista general de la depuradora de Valle de Guerra, en la lista negra de la Unión Europea. Fran Pallero

Las obras de la nueva depuradora de Valle de Guerra, de interés general y que acaba de terminar de construir el Gobierno canario, superaron los 12 millones de euros, según datos de la Consejería de Aguas del Ejecutivo regional. En concreto, el proyecto se contrató con la UTE Sacyr S.A.-Sadyt S.A.-Ruiz Romero S.L., en octubre de 2012, por la cantidad de 11.725.950,24 euros y con un plazo de ejecución de 30 meses desde la suscripción del acta de comprobación del replanteo, en junio de 2013. Sin embargo, a esta cifra hay que sumarle, aproximadamente, un millón más derivado de las modificaciones que sufrió el proyecto más adelante, con lo que la cuantía definitiva supera ampliamente los 12 millones.

El Gobierno de Canarias confirmó el pasado jueves a DIARIO DE AVISOS que entregará la instalación al Consejo Insular de Aguas del Cabildo de Tenerife, encargado de su gestión, a finales del próximo verano. Las obras de esta importante depuradora de la Isla ya han finalizado. La instalación se halla en el periodo reglamentario de pruebas habitual para este tipo de infraestructuras desde hace más de un mes y se prevé que acaben a finales de verano.

Según afirmaron ayer desde la Consejería regional de Aguas, la nueva construcción es “muy importante, dado el rápido crecimiento de toda esta comarca en los últimos años, que motivó que se rebasase ampliamente la capacidad de diseño de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) comarcal existente, encontrándose, además, valores de carga contaminante muy superiores a los inicialmente previstos en la implantación original. Por otro lado, la calidad actual del agua tratada no cumplía con las exigencias de calidad para la reutilización, en particular en lo referente a su salinidad”.

Cabe recordar que se trata de una de las dos únicas instalaciones canarias que aparecen en la última lista negra de la Unión Europa (UE), de finales del pasado año, debido a los vertidos continuos sin un tratamiento secundario.

Por ello, “se planteó como actuación prioritaria la reestructuración de la vieja estación depuradora para poder tratar tanto los caudales y cargas contaminantes actuales como los esperados, realizando una previsión de infraestructuras que permita nuevas ampliaciones para cubrir las necesidades futuras”, explicaron desde la Consejería. En concreto, se contemplaron tres escenarios diferentes de caudales de aguas residuales: 5.000 metros cúbicos al día, 7.000 y 9.300. El diseño de las instalaciones se moduló para adaptarse a esta gama de caudal, que en la actualidad es de 4.500.

Luego, parte del agua depurada se pasa por una instalación de electrodiálisis reversible para reducir su salinidad. Este tratamiento de desalinización posterior del agua tratada es para un caudal de 4.000 metros cúbicos al día, ampliable a 8.000.
En este sentido, el consejero insular de Aguas, Manuel Martínez, destacó el pasado jueves que con esta obra “se recupera agua, que ahora mismo se está vertiendo al mar, para el uso de la agricultura”.

Nuevas tecnologías

Cabe resaltar que el proyecto sufrió dos modificaciones, debido a los avances tecnológicos surgido durante el desarrollo de las obras, habiendo aparecido en el mercado de la depuración con la tecnología de filtración por membranas, un nuevo tipo de ellas, así como en las de electrodiálisis reversible, de ultrafiltración y de ósmosis reversible. Estas modificaciones se aprobaron en septiembre de 2014 y en noviembre del 2015, respectivamente.

La previsión del Cabildo tinerfeño es que la nueva depuradora pueda estar a pleno rendimiento a lo largo del segundo semestre de este año.

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