José Galán, poeta, maestro y alcalde de Fasnia, del olvido al recuerdo

Fue la casualidad, el destino o la simple curiosidad de un grupo de jóvenes inquietos, lo que hizo que en un baúl de una casa de la calle del Medio de Arriba de Los Realejos, apareciera el mayor tesoro que pudieran encontrar: la historia de José Galán, poeta, maestro y alcalde de Fasnia
José Galán

Fue la casualidad, el destino o la simple curiosidad de un grupo de jóvenes inquietos, lo que hizo que en un baúl de una casa de la calle del Medio de Arriba de Los Realejos, apareciera el mayor tesoro que pudieran encontrar: la historia de José Galán, poeta, maestro y alcalde de Fasnia, considerado por algunos coetáneos como el máximo defensor de la educación pública durante la Segunda República en Canarias.

Aunque su vida es conocida por gran parte de los integrantes de su familia, ésta nunca trascendió. Quizás por miedo, porque después de que desapareció, en 1936, transcurrió una etapa franquista y otra de transición en la que el silencio fue el mejor aliado.

Al abrir el arcón se encontraron desde cuadros hasta anotaciones propias, libros de su autoría y otros que él tenía en su biblioteca, y fotografías. Alfredo Acosta, uno de sus bisnietos, estaba allí. No sabe si alguien en la familia tuvo en sus manos ese tesoro, porque su abuela, una de las hijas de José Galán a la que curiosamente le pusieron de nombre Libertad, lo tenía guardado con bastante celo.
Días después de sacar el material quedaron con ella para que les contara los detalles que recordaba de su padre. A partir de ese momento empezaron a indagar hasta darse cuenta de que su obra era más grande e importante de lo que creían, con más de cien poesías recogidas en periódicos, y publicaciones en las que se lo coteja con otros grandes de la época como Nijota, uno de los mayores escritores de humor en la literatura canaria y con gran proyección fuera de las Islas, o el poeta Manuel Verdugo.

Tras conocer estos detalles, empezaron a trabajar en un proyecto que permitiera difundir su vida y su obra, debido al importante legado que dejó en la Isla. Así, el 7 de enero de 2012 nació el Proyecto José Galán Hernández que cuatro después derivó en una asociación cultural con el nombre del poeta.
José Galán Hernández nació en la calle La Estopa de Tacoronte, junto a la Plaza de la Iglesia, el 5 de abril de 1893. Allí vivió prácticamente toda su infancia y aunque no hay documentos ni fuentes orales que por el momento lo corroboren, su hija siempre contaba que era muy amigo de Óscar Domínguez, entre otros intelectuales.

Obtuvo el título de maestro de Primera Enseñanza y en 1923, cuando fue destinado como maestro interino del Realejo Alto, conoció a Remedios Pérez Hernández, con la que contrajo matrimonio y tuvo siete hijos, José, Tinerfe, Pablo, Añaterve, Mirella, Libertad y Arístides Galán Pérez. Este último aún vive.

Tras pasar por diversos destinos, como la escuela pública de Los Naranjeros, Tinojo (Adeje), Puerto de la Cruz y Fasnia, fue designado alcalde de este último municipio por orden del gobernador civil, aunque sólo permaneció cuatro meses en el cargo.

En estos años participó activamente como poeta en diversos actos, conferencias, veladas literarias y espectáculos, en los que se los consideraba como “uno de los mayores entusiastas defensores del arbolado del magisterio canario” y “un culto maestro nacional”. También estaba afiliado a la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza del sindicato socialista Unión General de Trabajadores (FETE-UGT).

El 9 de abril de 1929 Galán tomó posesión de la escuela elemental de niños número 1 de Güímar, donde también actuó como presidente del Consejo Local de 1ª Enseñanza. A través de éste, promovió la creación de las escuelas graduadas.

Este municipio lo marcó especialmente, ya que fue uno de los miembros de la comisión organizadora de la Agrupación Socialista de Güímar. En este destino permaneció cinco años hasta que por concurso fue trasladado a la escuela nacional de niños de El Bufadero, en Santa Cruz de Tenerife.

Alfredo Acosta. | SERGIO MÉNDEZ

motivo de detención

El 1 de mayo de 1936, José Galán publicó en la revista Trabajadores de la Enseñanza la composición poética titulada Al camarada maestro, que es la que supuestamente, motivó su detención el 16 de junio de 1936, al comienzo de la Guerra Civil, y luego su muerte.

Se encontraba en Los Realejos, como cada verano. Uno de sus hijos, Pablo, jugaba en la plaza cuando dos policías le preguntaron cuál era la casa del maestro José Galán y con la mayor inocencia, les indicó el número de la vivienda.

El maestro cogió una muda de ropa, se despidió de su familia y se lo llevaron a la cárcel, edificio en el que actualmente se ubica la Escuela de Música.

Su mujer estaba embarazada del octavo hijo, pero finalmente lo perdió. Durante tres días le llevó comida hasta que un guardia le confirmó que lo habían trasladado a la prisión de Fyffes. Allí estuvo junto a su hermano César, fundador de la Banda de Música Santa Cecilia de Tacoronte. A las pocas semanas fueron a visitarlo hasta que desapareció sin que sus familiares recibieran ninguna explicación.
Remedios Pérez falleció en 1982, a los pocos días de que Felipe González ganara las primeras elecciones democráticas. Le llevaron un ramo de rosas y dijo que podía morir en paz. Así lo hizo dos días después pero sin saber realmente qué había pasado con su esposo.

Arrojado vivo al mar

Fue en el año 1999, en el suplemento El Mosaico, del extinto periódico La Gaceta de Canarias, cuando vieron el nombre de José Galán en un artículo de José Francisco López Felipe. “Mi abuela leía todas las publicaciones sobre la Guerra Civil y de ese modo se enteró que el 6 de octubre de 1936, su padre y otros integrantes de la federación de maestros de UGT fueron arrojados vivos al mar en las costas de Anaga”, cuenta Alfredo Acosta.

Desde su desaparición, la vida no fue fácil para la mujer y los hijos de José Galán. Además de la incertidumbre de no saber su destino, la familia se tuvo que quedar a vivir en Los Realejos, a buscarse la vida como podía y con la ayuda de los padres de su bisabuela, ya que a su esposa recién la dieron como viuda y le asignaron una pensión en 1977.

Libertad se tuvo que cambiar de nombre. Hasta 1975 la llamaron Reme “como Remedios, la Virgen que estaba en la iglesia en aquel entonces, y tuvo que dejar el colegio porque la señalaban mucho”, apunta su nieto.

César Galán salió de prisión y gracias a su testimonio se conocen detalles de la vida de su hermano. Uno de los soldados que lo metió en el saco para tirarlo al mar, confesó la muerte de Galán a una persona allegada a la familia. Contó que estaba “tranquilo” y que antes de morir dijo que “nunca le quitarían la libertad”.

El miedo impidió durante todos estos años indagar sobre lo que había pasado. Cuando comenzaron con el proyecto para rescatar la obra del poeta, su abuela estaba “aterrorizada” y les advertía a cada momento que tuvieran cuidado porque no quería meterse en problemas.

Los miembros de la asociación están convencidos que de no haber sido asesinado, Canarias contaría con uno de sus mejores escritores. El primer paso es que los ciudadanos conozcan quien fue José Galán y después, profundizar en su obra periodística y literaria, con el objetivo último de pasar a ser una persona olvidada a otra que merece recordarse siempre.

Poeta, periodista, defensor de la educación pública y sindicalista

José Galán, que ya tiene rotulada una calle con su nombre en Los Realejos, fue un sindicalista beligerante, que destacó en la defensa de la reforma de la educación pública, luchando por mejorar el trabajo y las condiciones de vida de los maestros, y reformar la enseñanza para reducir los índices de analfabetismo. Publicó numerosos artículos y poemas en la Voz del Magisterio Canario y otros periódicos tinerfeños de la época, donde vio la luz la mayor parte de su obra poética. Le siguieron Troqueles, una recopilación de su obra poética, y la novela El del Alma Negra, publicada en la colección Novelistas Canarios. Su libro Rojo y Blanco se perdió o lo destruyeron en la vorágine previa a la Guerra Civil. Como periodista, fue corresponsal de La Región, miembro del periódico lagunero Las Noticias, fundador de Obreros de la Cultura, órgano de la Federación Tinerfeña de Trabajadores de la Enseñanza, y director de la revista Trabajadores de la Enseñanza. En 1935 se le expidió el carnet de periodista por el Gobierno Civil de la provincia.

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