El PSOE gobernará en minoría: ni más pactos ni moción de censura

La negativa programática de Sí se puede impide desalojar a los socialistas, pero se avista “una pinza” opositora que obligará a Mari Brito a un consenso continuo.
Mayca Coello (Sí se puede), Nazaret Díaz (CC) y Mari Brito (PSOE), cabezas de cartel de los comicios de 2015. Norchi
Mayca Coello (Sí se puede), Nazaret Díaz (CC) y Mari Brito (PSOE), cabezas de cartel de los comicios de 2015. Norchi
Mayca Coello (Sí se puede), Nazaret Díaz (CC) y Mari Brito (PSOE), cabezas de cartel de los comicios de 2015. Norchi

Tras la ruptura del pacto de Gobierno PSOE-CC en Candelaria, que no llegó a cumplir los dos años, los socialistas se aprestan a gobernar el Ayuntamiento en minoría, sin pensar en repetir un pacto y sin temor a que le puedan desalojar a través de una moción de censura, para la que existen las matemáticas, pero no los intereses de los tres grupos de la oposición, que prefieren posicionarse de cara a las elecciones de 2019 a ir desde ahora con malas compañías.

Es improbable una censura porque Sí se puede no está dispuesto a apoyar a ningún partido de “derechas” (PP, CC, Vecinos por Candelaria) y, además, siempre ha abogado, desde Candelaria y desde sus órganos supramunicipales, por el apoyo externo a la lista más votada, en este caso, la del PSOE. Sin la intervención de Sí se puede, la moción de censura no es posible y, por tanto, especular con ella, como ya han hecho algunos, es “puro teatro”.

Todo pasa, pues, por dejar gobernar a los socialistas en minoría, desgastándoles desde la oposición mayoritaria (13 frente a 8 concejales) -con el comodín del secretario-, aunque tampoco será fácil que se puedan poner de acuerdo, sobre todo en asuntos de calado, donde intervienen proyectos o recursos procedentes de administraciones supramunicipales como el Cabildo, el Gobierno canario o el Estado, como ya adelantó el portavoz nacionalista, Carlos Sabina.

Entramos así en una nueva forma de hacer política en Candelaria, que tendrá por primera vez en esta etapa democrática un Gobierno municipal en minoría. La alcaldesa, Mari Brito, ha anunciado que buscará “el consenso con todos los grupos políticos, incluido Coalición Canaria”, sabedora de que necesita lanzar puentes para sacar adelante las iniciativas del grupo de gobierno. Sin ir más lejos, en breve deberá aprobar el presupuesto municipal del presente año, el documento prioritario en cualquier acción de gobierno, del cual, según Carlos Sabina, “Coalición Canaria no tiene información”. Que salga adelante el presupuesto, que ya tiene perfilado el concejal de Hacienda, Airam Pérez Chinea, por tanto, no se presume tarea fácil, porque la oposición querrá poner en él más que una coma, un céntimo.

El temor del grupo de gobierno es que la oposición frene las cuentas y se tengan que prorrogar, como ya pasó en la etapa de Javier Rivero como edil de Hacienda, en el anterior mandato; entonces la situación no era tan grave como ahora, en la que se puede, dado las ratios económicas, disponer de más dinero para inversión, por ejemplo, o para presupuesto participativo.

El frenazo a las cuentas locales se tratará de evitar con el acuerdo con al menos uno de los tres grupos que pueden darle la mayoría a los socialistas (CC, PP o Sí se puede) y ese será el camino que habrá de andar el equipo de Mari Brito.

La alcaldesa habla de consenso, pero sabe que después de una acción viene una reacción y Coalición Canaria, ahora sin ataduras, le pasará factura, por muy buenas palabras que haya tenido Carlos Sabina, que difieren mucho de lo que decide ese comité local de CC que ha impuesto sus tesis ante unos ediles que tuvieron que decir Diego donde habían dicho digo, creando una división entre los propios nacionalistas de Candelaria, por mucho que traten de negarlo quienes les gobiernan desde fuera, Efraín Medina -molesto por la expulsión de su amigo Romén Mantecón- y Nazaret Díaz, quien dejó su acta de concejal para poder pactar “con su enemigo”. Y así cavaron la fosa de un pacto sin feeling entre los protagonistas (PSOE y CC) y sin transversalidad en las concejalías, que pasaron a ser pequeños reinos de taifas.

Y mientras todo esto sucede, esos dirigentes de Coalición Canaria siguen sin abrir la boca, siendo Carlos Sabina quien al menos expresa su sentimiento: “Me voy con la cabeza bien alta, orgulloso de mi trabajo y, sobre todo, con la conciencia tranquila. Aquí tienen a un concejal muy cercano que seguirá trabajando por Candelaria, porque siempre he tenido vocación de servicio”.

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