microalgas en canarias

El Gobierno quiere zanjar ya que las microalgas no viven del agua residual, el PP le exige más rigor

Representantes de las consejerías de Sanidad y Política Territorial subrayan en una rueda de prensa que con las cianobacterias no se puede hacer nada, “solo esperar el alisio”
Imágenes captadas desde lo alto de la montaña de Altura de Paso Alto (Santa Cruz). Fran Pallero

El Gobierno canario, apoyado en sus técnicos y en los del Banco Español de Algas -fundación vinculada a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria-, trató ayer de dar por zanjado científicamente que no hay relación alguna entre la proliferación de las conocidas como microalgas (en realidad, cianobacterias) y las aguas residuales sin depurar que se vierten al mar en numerosos puntos de las Islas.

Los directores generales de Salud Pública y Protección de la Naturaleza, José Juan Alemán y Susa Armas, así como la jefa de Sanidad Ambiental, María Luisa Pita; el experto del Banco de Algas Emilio Soler y el técnico de Medio Ambiente Rogelio Herrera, ofrecieron ayer una rueda de prensa (la primera monográfica sobre este tema por parte del Gobierno en los dos meses que dura esta crisis) en la que intentaron desmontar cualquier intento de vincular los vertidos con estas cianobacterias (la Trichodesmium erythraeum), porque, según un criterio que consideran aceptado por la comunidad científica (este diario ha publicado un estudio hecho en Israel y opiniones que discrepan de esta línea), no se alimentan de los nutrientes de las aguas residuales, sino del nitrógeno que captan del aire y del fósforo y el hierro que trae la calima, exclusivamente.

Pero ayer, el grupo del PP en el Parlamento de Canarias rompió su silencio sobre este fenómeno de las microalgas y la gestión política para exigir al Gobierno canario mayor rigor y seriedad en cómo aborda este asunto, incluyendo su explicación científica. El diputado popular Zacarías Gómez exigió al Ejecutivo canario que “no solo escuche las versiones científicas que coinciden con lo que quiere oír”, ya que“igual que hay teorías que dicen que las aguas residuales no influyen en este bloom de cianobacterias, también otros científicos tienen evidencias de que sí pueden influir”, junto con los factores del cambio climático.

Gómez echó ayer así un cabo al subdelegado del Gobierno en Canarias, Guillermo Díaz Guerra (PP), inspector de Sanidad y farmacéutico, quien sostiene que los nutrientes de los vertidos al mar pueden haber contribuido en esta abundancia de cianobacterias sin precedentes. Por ello, el PP reclama “poner sobre la mesa todos los estudios científicos” que haya en esta materia, en Canarias y fuera del Archipiélago, y “escuchar a toda la comunidad científica” antes de atribuir solo al cambio climático esta masiva floración de microorganismos en las costas. El diputado del PP echó en falta un poco de autocrítica en el Gobierno regional sobre un asunto que, a su juicio, “se le ha ido de las manos”, y ante el que ha “evidenciado una total falta de liderazgo, pues no dio las explicaciones cuando las tenía que dar y ahora echa la culpa a las redes sociales y a los medios de comunicación”.

El diputado popular lamentó que no haya habido un gabinete de crisis ni un protocolo claro y se preguntó “¿quién va a resarcir a los empresarios que se puedan ver perjudicados por la inacción del Gobierno?”. Sobre el problema de los vertidos, lo tachó de “vergonzoso”, pues en 2007, cuando se elaboró el último censo, eran más de 300 los puntos de derrame sin depurar en el Archipiélago.

“Solo podemos esperar al alisio y familiarizarnos con las microalgas”

La jefa de Sanidad Ambiental del Gobierno canario, María Luisa Pita, resumió ayer lo que se puede hacer contra la invasión de las llamadas microalgas en las costas: nada. “Solo podemos esperar que sople el alisio y se las lleve todas, y familiarizarnos con este tipo de fenómenos porque van a formar parte de nuestras vidas”. A su juicio, tratar de dispersar por medios mecánicos estos bancos de microorganismos sería contraproducente, pues se multiplicarían aún más.

Eso sí, reiteró la recomendación de no bañarse dentro de las manchas marrones que forman estas cianobacterias (su denominación científica correcta), mientras que los bañistas pueden zambullirse en el resto de la playa “con total tranquilidad y normalidad”.

Pita participó en una rueda de prensa junto al director general de Salud Pública, José Juan Alemán -entre otros cargos públicos y técnicos-, quien dio igual recomendación a los bañistas y aseguró que “los casos de afecciones a la piel están dentro de lo esperado para esta época del año”, por lo que esta floración masiva de cianobacterias “no ha estado asociada a efectos en la salud”. ¿Por qué entonces tanta alarma social? El director general no vio ninguna responsabilidad en su departamento, “pues desde el minuto cero estamos dando información”, y atribuyó esta preocupación social a “elementos confusos introducidos en este debate que han provocado una percepción de riesgo desproporcionada y que carece de fundamento, pues no se justifica ante la realidad”.

Desmintió que estas microalgas sean la causante de un aumento de contagios de hepatitis A que, precisó, se registra también en resto de Europa, un brote que se debe sobre todo a las relaciones sexuales entre hombres de entre 20 y 24 años. Preguntado en todo caso sobre el hecho de que la Organización Mundial de la Salud expone que una de las vías de contagio de esta enfermedad es también las aguas residuales vertidas sin depurar y que ese es un problema ambiental en Canarias, Alemán dijo que esa es una posibilidad real en países subdesarrollados, pero solo teórica y “anecdótica” en el Archipiélago. El director general insistió en que la floración de esta cianobacteria es un fenómeno natural en la dinámica de los ecosistemas marinos, que obedece a la confluencia de tres factores: aumento de la temperatura del agua del mar, calma de las mareas y calima, que trae nutrientes como el hierro y el fósforo.

Ester Fierro, María Luisa Pita, José Juan Alemán y Susa Armas, en la rueda de prensa ofrecida ayer en la sede de la Consejería de Sanidad. Andrés Gutiérrez

Recordó que la manifestación de estas conocidas como microalgas son manchas de color marrón verdoso, de aspecto oleoso, formando también natas o espumas, “que se pueden confundir con aguas residuales”.

Insistió en que lo que pueden provocar estos bancos de cianobacterias es irritación leve en la piel y que la afección puede variar en función de la respuesta de cada persona, de su predisposición, su estado de salud y el tiempo de exposición. Negó igualmente que tengan relación con aguas residuales y destacó que la calidad de las aguas de baño en Canarias es “excelente”, como la califica la Unión Europea según datos del periodo 2013-2016.

Las consejerías de Sanidad y de Política Territorial, indicó, han trabajado “en estrecha coordinación” desde que el 24 de junio la Viceconsejería de Medio Ambiente informó de la aparición de un afloramiento en alta mar de lo que se identificó como bacteria Trichodesmium erythraeum, y que podía acercarse a la costa. Esa misma tarde, según relató el responsable de Salud Pública, se avisó desde el Centro de Coordinación de Emergencias y Salvamento 1-1-2 a los ayuntamientos para que tuvieran conocimiento de que el brote podía acercarse al día siguiente a algún punto del litoral. Dos meses después, las manchas han afectado a las costas de todas las vertientes de Tenerife, y también han aparecido en La Palma y La Gomera.

En el encuentro informativo participó asimismo la directora general de Protección de la Naturaleza del Gobierno canario, Susa Armas, quien apuntó también que las actuales evidencias científicas establecidas por los expertos en la materia consultados por el Gobierno canario “no asocian el desarrollo de las cianobacterias con el vertido de aguas residuales”.

En este sentido, argumentó que ha habido antes episodios de floraciones masivas de Trichodesmium erythraeum, en 2004 y 2011, y añadió que desde hace varios años hay técnicos trabajando en distintos proyectos relacionados con este tema. En cualquier caso, reconoció que en las Islas hay más de 1.500 kilómetros de costa y la mayor parte de las aguas residuales van a parar directamente al mar.

En la rueda de prensa, la primera del Gobierno sobre este asunto desde que se detectara el fenómeno a finales de junio, participaron también Ester Fierro, coordinadora del Programa de Playas; Rogelio Herrera, técnico de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente, y Emilio Soler, experto del Banco Español de Algas.

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