Una clasificación para el capitán

Justo cuando a los jugadores se les daba el habitual cartel de la ACB en el que anuncia que el equipo que la porta está clasificado para la Copa del Rey la mano de uno delegados del equipo extendió la camiseta de Nico Richotti con el dorsal número cinco. Querían que el capitán estuviera presente de alguna forma y lo estuvo allí, justo en el centro de la pancarta.

El argentino vivió el encuentro desde su casa, donde reposa a la espera de poder ser intervenido de su lesión, y pudo ver el gesto de sus compañeros, que agradeció por redes sociales. Sin él en pista el equipo se multiplicó, lo hizo, entre otras cosas, porque con el pabellón lleno el Canarias es otro.
“Es nuestro sexto jugador, lo digo siempre, nos ayuda muchísimo”, reconoció Fotis Katsikaris en sala de prensa. El griego ya tiene el título de entrenador milagro en solo ocho encuentros de Liga Endesa como integrante del CB Canarias.

Solo dos partidos perdidos, los dos fuera de casa, y victorias ante tres rivales de Euroliga han llevado a los canaristas a la Copa. “Creo que terminar con diez victorias la primera vuelta es algo muy importante, no solo entrar en Copa del Rey”, indicaba con tono tranquilo.

La clave
El camino no parecía sencillo pero, como suele ser habitualmente, Katsikaris le quitó importancia: “Es la tercera vez en mi carrera en la que llego llego a un equipo que ya está hecho y, la verdad, es que siempre soy muy, muy optimista. Me encontré con una plantilla muy buena, que te gusta dirigir, encontrándote gente que quiere crecer como equipo. Me centro en el trabajo diario, en lo que debemos hacer para ganar y aquí hay gente igual que yo, con la misma mentalidad”.

Seguramente, fue gracias a eso por lo que ayer, en ningún momento, el CB Canarias supo afrontar una final con suma tranquilidad. Desde la confianza, que era justo lo que le faltaba a la plantilla a principio de temporada, pese a haber logrado ganar la Copa Intercontinental.

Ni siquiera cuando el Estudiantes amenazó con algunas buenas acciones ofensivas se alteraron los canaristas. La consigna era clara, el partido sería largo: “Supieron afrontarlo de la mejor manera, como siempre”.

Lo peor, las lesiones. Un problema lumbar evitó que Ferrán Bassas pudiera jugar y un fuerte golpe en uno de los dedos de la mano izquierda de Davin White lo pone en duda para los próximos compromisos: “Tenemos que esperar por lo que digan los médicos pero, seguramente, tendremos que acelerar un poco en la adaptación de Josh Akognon. Esperamos poder hacerlo porque lo vamos a necesitar, tiene que coger mayor ritmo de competición, pero lo conseguiremos”.

En el lado contrario, Mateusz Ponitka, el alero polaco que no deja de maravillar y que tiene “margen de mejora” según su entrenador: “Es muy buen chico, un gran trabajador y es una bestia físicamente. A veces le hacen falta pero es tan fuerte que los árbitros no lo ven. Es su primer año en la ACB, lo está aprovechando bien y su mentalidad es la de crecer y trabajar. Es perfecta con el talento que tiene. Espero que no tenga prisa”.

Así, con la misma normalidad que reactivó a un equipo, Katsikaris abandonaba la sala de prensa pidiendo “aparcar” por ahora la Copa. “Quedan semanas, hemos cumplido, ahora toca pensar en lo próximo”, dijo con una sonrisa.