puerto de la cruz

El viejo deseo de un espacio propio

El Cabildo inicia los trámites para adquirir la Casa de los Agustinos y Torreón de Ventoso al Obispado de Tenerife y a propietarios privados, y destinarla a sede del Museo Contemporáneo Eduardo Westerdahl
La sede del Macew se encuentra desde 2007 en la Casa de la Aduana. M.P.P.

Adquirir la Casa de los Agustinos y el Torreón de Ventoso, una torre que controlaba la entrada y salida de barcos de mercancías desde el muelle del Puerto de la Cruz, ha sido una aspiración de varias corporaciones que, por motivos diversos, hasta ahora nunca se ha podido hacer realidad. El emblemático edificio data del siglo XVIII y fue Casa Consistorial y durante medio siglo albergó el colegio religioso del mismo nombre que la orden hasta que se cerró en el curso 1995-1996.

En su mayor parte el inmueble es del Obispado de Tenerife y una parte minoritaria pertenece a propietarios privados. Fueron varios los alcaldes y alcaldesas que han intentado adquirirlo para darle un uso educativo y cultural. A comienzos de 2003 también se pensó trasladar allí la biblioteca municipal.

Ahora, este propósito se hará realidad aunque será el Cabildo de Tenerife la administración que lo adquirirá con el objetivo de convertirlo en sede del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl (MACEW), que desde junio de 2007 hasta la actualidad se encuentra en la Casa de la Aduana, también de propiedad insular. Y la intención de conseguirlo, según su presidente, Carlos Alonso, es este mismo año, razón por la cual ya ha comenzado el proceso.

Sin duda es una noticia excelente para el Puerto de la Cruz y para la institución museística, creada por el propio Westerdahl en 1953, que siempre luchó para que tuviera un espacio propio. Es la primera en España de arte contemporáneo y alberga un importante legado artístico con obras de Óscar Domínguez, Manolo Millares, Pedro González, Lola Massieu y César Manrique, además de artistas reconocidos a nivel internacional como Wolfgang Paalen, Angel Ferrant, Luc Peire o Eduardo Úrculo.

“Es una satisfacción como concejal de Patrimonio saber que un edificio de esas características se va a comprar por el Cabildo y que además tendrá un destino cultural. El Macew se lo merece y nunca se ha puesto quizás en valor que tiene y que muchos vecinos, los amigos del Macew, el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) y el Ayuntamiento, con el apoyo que le está dando, defienden”, remarca la concejal de Patrimonio portuense, Sandra Rodríguez.

Estar en un edificio de las características de la Casa de los Agustinos no solo permitirá ampliar los fondos sino también el espacio expositivo, que quizás es mucho más importante. Respecto a la necesidad de hacer reformas, la edil indica que seguramente se tendrán que hacer obras de carácter interno.

Además, subraya Rodríguez, en el marco de la Estrategia Cultural del Puerto de la Cruz se avanza en dotar al municipio de espacios culturales, algo que de lo que actualmente carece.

El MACEW se encuentra entre los diez museos de arte más visitados de Canarias. Solamente abrir sus puertas cuesta anualmente unos 20.000 euros. Los recursos propios que genera solo alcanzan para financiar el 50%, el resto se cubre desde el IEHC, la asociación de amigos del museo, constituída hace más de una década, y apoyos puntuales que recibe de entidades financieras y de carácter privado, incluso de fuera de la Isla.

El objetivo del pintor y director de la revista Gaceta de Arte de que el MACEW tenga un espacio exclusivo coincide con el de los actuales responsables del museo y del IEHC, propietario de la colección ya que el museo no tiene entidad jurídica propia. Sesenta y cinco después de su inauguración, si no cambian los planes, se conseguirá.

Celestino Hernández: “Estamos esperanzados pero a la vez agotados”

El 28 de marzo de 1953 el MACEW abrió sus puertas en el edificio del IEHC. En 1965 su mentor, Eduardo Westerdahl dejó el proyecto al ver que no se cumplía un requisito que consideraba primordial: tener una sede. Desde ese momento y hasta 2001, la colección estuvo arrinconada en un depósito, con los consiguientes riesgos de pérdidas y deterioro hasta que ese mismo año, a las puertas de celebrar su cincuentenario, se originó un proyecto para rescatarla. El resultado fueron 60 obras de destacados artistas que se empezó a dar a conocer.

Su director, Celestino Hernández, recalca que Westerdahl estuvo doce años para que su proyecto cuajara, un tiempo que ha sido superado por la actual directiva sin haber conseguido el objetivo. Por eso, asegura que “está esperanzado, pero a la vez agotado”, aunque confía en la voluntad del Cabildo, ya que siempre ha sido la institución que les ha dado “muestras tangibles” de apoyo.

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