
El ruso Ivan Vasiliev, de 37 años, envió a su pareja un vídeo donde aparecía su gato en una lavadora en marcha en un intento desesperado por que esta regresase a la vivienda tras una fuerte discusión entre ambos.
Al terminar el primer ciclo de lavado, la mascota, llamada Ryzhik, había sobrevivido pese a los claros signos de maltrato. Fue entonces cuando el hombre volvió a suplicar: “Está vivo. ¿Vienes a casa? Por favor, regresa”. Su hasta entonces pareja volvió al domicilio de Ukhta, situado al norte de Rusia, pero acompañada por varios agentes de policía.
“Es más fácil para mí matar a una persona que a un animal”, declaró Vasiliev tras ser detenido. Aunque finalmente confesó haber matado al gato alegando que estaba en un estado de considerable embriaguez.
Esta misma semana ha sido declarado culpable por un delito de maltrato animal y condenado a una pena privativa de libertad que prohíbe al varón abandonar su ciudad natal durante un año.