Contra el viento de los tiempos y removiendo cielo y tierra. Así de súbito y decidido es el impulso con el que el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, ha propiciado que la Virgen de Candelaria, Patrona de Canarias, sea nombrada presidenta honoraria y perpetua de la Corporación insular. Ni el notable rechazo registrado en las redes sociales ni el malestar causado entre su socio de gobierno, el PSOE, han frenado la propuesta de distinción, para lo cual tampoco ha sido un obstáculo que el reglamento del Cabildo para tales menesteres no se ajustara a lo extraordinario de la misma. Sencillamente, se ha tramitado la modificación de dicho reglamento a la par que el nombramiento. La principal consecuencia de todo ello es que la Virgen de Candelaria, para pesar de los creyentes, se ha convertido en objeto de confrontación partidista. Sencillamente, la han metido en política.
Como es sabido, grupos opositores como Sí se puede rechazaron la propuesta de Alonso desde el minuto uno, mientras que en redes sociales se recogían firmas (ya son varios miles) para que la Presidencia honoraria insular sea para la Princesa Leia, un personaje de la saga cinematográfica La guerra de las galaxias elegido como ejemplo de lo anacrónico que resulta, para un sector nada desdeñable de la ciudadanía, este tipo de distinciones, tan propias de la dictadura franquista. Pero el rechazo también se aprecia en los mismísimos socios de gobierno de Coalición Canaria en el Cabildo tinerfeño, a tal punto que la consejera socialista Josefa Mesa, que a su vez es la secretaria insular de Organización del PSOE, quiso materializar ese malestar en la votación de la propuesta sobre la Virgen de Candelaria, en la que finalmente se abstuvo.
Puestos al habla con Mesa, la dirigente socialista explicó que, para su partido, “los representantes políticos debemos centrarnos en las preocupaciones de la ciudadanía, porque hay temas graves e importantes que debemos resolver, y es el esfuerzo que hace cada día el Cabildo, una gran institución , que representa a una ciudadanía plural y diversa”. A juicio de Mesa, “debemos esforzarnos en consolidar la condición de Estado laico que garantice valores, derechos y libertades civiles, para conformar una sociedad plural de respeto a todas las expresiones ideológicas, religiosas y culturales. Y esto se debe traducir en los actos que realizamos como instituciones públicas”.
La consejera insular del PSOE va más allá al recordar que, “para cualquier creyente, la imagen de la Virgen de Candelaria, nuestra patrona, tiene un sentimiento de fe profundo y sincero, pero esto no es contradictorio con no compartir el dar atribuciones de honores y distinciones a imágenes religiosas, porque se convierte, en muchas ocasiones, en una ceremonia ideológica, contraria al auténtico sentido cristiano”, recalcó la dirigente de origen isorano.
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