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El símbolo de un estilo único

El último gran proyecto del arquitecto tinerfeño Leonardo Omar sorprende en Adeja; el Royal Hideaway Corales Resort, recién estrenado, ya es una construcción turística icónica del siglo XXI
El nuevo hotel adejero abarca un frente de más de 400 metros con forma de gran trasatlántico. | SERGIO MÉNDEZ

Construye chalets y hoteles de lujo que sorprenden a primera vista. Su estilo, basado en un modelo de arquitectura vanguardista en la que predominan las formas rectilíneas revestidas de blanco y la integración del entorno natural en la construcción a través del acristalamiento, responde a su idea irrenunciable de convertir vivienda y paisaje en un todo, propiciando un diálogo permanente entre ambos elementos.

A sus 43 años, el arquitecto tinerfeño Leonardo Omar se ha convertido en un referente de la arquitectura a escala internacional. El hotel de cinco estrellas Baobab, en Costa Adeje, el complejo de apartamentos Caleta Palms, en La Caleta, medio centenar de villas junto el centro comercial El Duque y varias construcciones de lujo en el hotel Abama, en Guía de Isora, son algunas de sus creaciones más significativas en el sur de Tenerife, a las que hay que unir desde esta semana su último gran proyecto, el “mejor hotel del mundo que abrirá sus puertas en 2018”, según la prestigiosa revista británica Hotel Management International, que le ha concedido uno de sus valorados premios European Hospitality Awards.

La descomunal silueta del Royal Hideaway Corales Resort, inaugurado el pasado lunes en La Caleta (Adeje), y cuya explotación corre a cargo de la compañía Barceló, incluye dos edificios independientes unidos por una gran plataforma en la parte superior. Uno, destinado al turismo familiar y otro al adulto. Las cifras de este cinco estrellas gran lujo abruman: 603 habitaciones, 25 villas, 55 piscinas privadas de 8´5 metros de largo en las terrazas, 21 bañeras de hidromasaje exterior en las propias habitaciones, seis restaurantes, dos recepciones y zonas de baño con todas las comodidades imaginables. La guinda es un gran malpaís en el frente hotelero como expresión de una perfecta simbiosis entre roca y vegetación.

Leonardo Omar diseña arquitectura con los patrones de la moda, en la que prima la comodidad y la practicidad. “Cuando está resuelta la funcionalidad, que es primordial, la estética viene por sí sola”, sostiene.

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