Valle Colino se ha convertido en la casa de Juancho, uno de los perros calificados como invisibles del albergue comarcal. Este podenco mestizo de dos años lleva 365 días pendiente de ser adoptado. Y es que, pese a su tierna mirada, carácter alegre y capacidad de convivir con otros animales, continúa sin encontrar un nuevo hogar.
Ante tal situación, los voluntarios del refugio han decidido tomar cartas en el asunto con el objetivo de dar una mayor visibilidad al perro y así encontrar, finalmente, una familia que esté dispuesta a acogerlo. “Hippie paz y amor”, “diablito con cara de ángel”o “preparado para una fiesta en Ibiza” son algunos de los disfraces con los que Juancho posa en la cuenta de Facebook Voluntariado Valle Colino.
La presidenta de la Federación Canaria de Asociaciones de Animales y Plantas (Fecapap), Adriana Naranjo, entidad que gestiona el albergue Valle Colino, asegura a DIARIO DE AVISOS que “el caso de Juancho es una excepción y los animales normalmente salen bastante rápido; el año pasado 1.426 fueron dados en adopción y en 2016 un total de 1.546”.
Sin embargo, cuando estos pasan demasiado tiempo en el refugio, los voluntarios intentan idear nuevas estrategias para que sean vistos desde otra perspectiva. “Una vez tuvimos a un perro que estaba gordo como una vaca y nos preocupaba que pasase tanto tiempo con nosotros, ya que no pueden salir a pasear todos los días”, cuenta Naranjo que, como al podenco mestizo, decidió ponerle un disfraz y sacarle unas fotos; a los pocos días fue adoptado. Con este tipo de técnicas “buscamos despertar otro tipo de interés en la gente porque normalmente prefieren canes pequeños y peludos”.
“Sabemos cuando entran, pero no cuando salen”
La presidenta de Fecapap sostiene que han tenido animales que han pasado bastante tiempo en Valle Colino a la espera de adoptantes. “Sabemos cuando entran, pero no cuando salen”, afirma Naranjo que, además, puntualiza que “solo sacrificamos a aquellos que llegan en estado crítico tras ser atropellados e, incluso, a los que son demasiado agresivos, pero jamás por falta de sitio”.
En un albergue con una media aproximada de 250 perros y gatos es muy complicado conocerlos a todos a la espera de ese guiño especial que determine que el elegido será el nuevo mejor amigo de la familia. Y de momento Juancho, que continúa viviendo en el albergue comarcal, mantiene viva la esperanza…
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