gastronomía

La lucha por la supervivencia del guachinche, según El Mundo

Estas casas de comida tradicionales se han convertido en un auténtico reclamo turístico que diversos locales han aprovechado indebidamente
GUACHINCHE TENERIFE
GUACHINCHE TENERIFE
Los guachinches tan típicos de Tenerife se pueden encontrar en toda la isla, pero especialmente en los municipios norteños. / DA

Es raro el mes en el que un isleño no visite un guachinche, ya sea por su vino, carne fiesta o conejo en salmorejo. Estas casas de comida tradicionales nacieron en el norte de Tenerife durante los años 50 cuando algunos viticultores decidieron comenzar a vender el excedente de vino en sus viviendas, concretamente, en sus garajes. Junto a la cuartita, servían algún plato típico de la cocina local que había elaborado ese día la mujer para su familia.

El escritor y periodista Ángel Morales, experto conocedor de estos establecimientos, ha declarado al diario EL MUNDO que “estos viticultores fueron unos auténticos emprendedores en su época. Los guachinches nacieron por iniciativa de ellos”.

Sin embargo, con el paso de los años, esta costumbre, bastante arraiga a la Isla, se ha convertido en un auténtico reclamo turístico que numerosos bodegones, tascas e, incluso, restaurantes han aprovechado para aumentar sus ingresos a través del término, indebidamente empleado, guachinche.

En este sentido, el consejero de Agricultura del Cabildo de Tenerife, Jesús Morales, cree que se ha hecho durante estos años “un uso indiscriminado de la palabra por los atractivos que son estos establecimientos y el negocio que generan”.

Fue entonces cuando en 2013 el Gobierno de Canarias se vio obligado a aprobar un decreto que regulara los requisitos de los guachinches, entre los que destacan: apertura durante un máximo de 4 meses, límite de platos -todos referentes a la gastronomía local- o despachar únicamente vino o agua, descartando cualquier tipo de refresco o postre.

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