la laguna

Café Melita celebra sus 50 años de tradición familiar pastelera

Desde su amor a Tenerife, la familia Bittermann abrió, en 1968 en Bajamar, el primer local del grupo Palmelita, que se ha ganado a la clientela con sus tartas alemanas y la calidad de sus productos artesanales
Fachada del Café Melita, que celebra este noviembre su 50 aniversario. / FRAN PALLERO

Desde su amor a Tenerife y a la pastelería alemana, la familia Bittermann abrió, en noviembre de 1968, las puertas del Café Melita, en su ya emblemática localización de Bajamar (La Laguna), que goza de una de las mejores vistas de la zona. “Mis suegros se enamoraron de Tenerife, ellos pasaban siempre sus vacaciones en Bajamar, que era una zona de mucho turismo. Él era maestro de pastelería alemana y vieron una oportunidad en esta vista que tiene el Café Melita. Enseguida cogieron una clientela bastante grande, y hasta guaguas llenas de turistas venían del Puerto de la Cruz para tomar café alemán y un buen trozo de tarta”, explica Astrid Bittermann, socia propietaria de este negocio familiar junto con su marido, Wolfram Bittermann, el hijo mayor del matrimonio que abrió Café Melita.

“Mis suegros vinieron a Tenerife con sus hijos, y el mayor, cuando tenía su vida hecha en Alemania, decidió que quería volver a Tenerife porque tenía añoranza. Él es también maestro de pastelería alemana, y en esa carrera nos conocimos, porque yo también vengo de una familia de pasteleros alemanes. La pastelería está en nuestra sangre. Vinimos a Tenerife y también me enamoré de la Isla y tomamos el relevo del negocio, desde 1983”, relata Astrid Bittermann. Un negocio familiar en el que todos están implicados, ya que “mi cuñado es el jefe de pastelería y el otro hermano está en las cafeterías”.

En estos 50 años, la empresa ha crecido de un local a cuatro propios (abriendo otro en Bajamar, Santa Cruz y La Laguna) y dos en franquicia (en Santa Cruz y Candelaria), pasando de tres empleados a unos 40 que tienen en la actualidad, conformando el grupo Palmelita.

También la variedad de productos ha aumentado desde sus tartas alemanas, manteniendo la misma calidad y el valor artesanal. En concreto, según explica Astrid Bittermann, la empresa elabora sus propias confituras con frutas de las Islas, y su éxito ha hecho que se exporten a Alemania y otros puntos. También crean helados naturales y bombones artesanales; así como pan integral, hecho con levadura madre y cereales molidos por ellos mismos, pan de espelta y pan de calabaza. Y, por supuesto, sus famosas tartas de estilo alemán, “que ya tienen muchos amigos en la Isla”, y a las que han incorporado tendencias actuales como la tarta de zanahoria o la cheesecake. “Y ahora en Navidad elaboramos unas estrellas de canela y el pan de Navidad ‘stollen’, que es muy típico en esta época”, añade.

Además, las cafeterías cuentan con una carta de ensaladas, bocadillos y hamburguesas para almuerzos y cenas; y otra para desayunos, en la que el cliente “se puede componer su propio desayuno” con la variedad de panes, huevos, zumos, pastelería, cafés y tés que cuentan. “Tenemos nuestro propio café, 100% arábico y con muy buen sabor, y estamos importando tés desde Alemania, la mayoría ecológicos”, explica.

Unas cafeterías para disfrutar del cariño por la pastelería y del buen hacer en sus productos artesanales.

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