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“Estoy súper contenta porque hace una semana he vuelto a vivir”

María Dolores Méndez Encinoso, la mujer a la que le cancelaron la operación por falta de camas con respirador en el área de recuperación del HUC, ha sido intervenida con éxito
María Dolores Méndez Encinoso
María Dolores Méndez Encinoso
María Dolores Méndez Encinoso

“Estoy súper contenta porque desde hace una semana he vuelto a vivir”, repite María Dolores Méndez Encinoso, la vecina de Los Realejos a la que le pospusieron dos veces una operación en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) por no haber camas con respirador disponibles en el área de Recuperación de Quirófano (REA).

Mary, como la conocen sus amigos, fue intervenida el martes 23 de un carcinoma en la lengua, dos semanas después de que DIARIO DE AVISOS se hiciera eco de su caso. En el centro hospitalario permaneció cinco días hasta que se recuperó por completo y recibió el alta.

Ya en su casa, esta mujer de 48 años recuerda todo lo vivido como una “verdadera pesadilla de la que se acaba de despertar y en la que todo salió muy bien. Fue muy rápido y no me enteré de nada gracias al buen trabajo de los médicos y las enfermeras, a quienes les estoy muy agradecida. Ni siquiera me hicieron falta algunas de las cosas que me dijeron”, dice, en relación a una posible traqueotomía.

La operación fue un éxito y puede hablar perfectamente. Y en los días sucesivos su situación ha ido a mejor, porque ayer le confirmaron que los resultados de los estudios del carcinoma que le extrajeron habían dado negativo y por lo tanto, no iba a necesitar quimio ni radioterapia.

Su pesadilla, como ella misma la define, comenzó el 11 de septiembre cuando le diagnosticaron el carcinoma, una especie de tumor maligno en la piel. Tras verla el cirujano maxilofacial, mandarle a hacer varias pruebas, y advertirle de las posibles secuelas de la cirugía, le dijeron que debía ingresar el 3 de octubre para ser operada al día siguiente. Sin embargo, mientras esperaba en la habitación, llegó el cirujano a informarle que le cancelaban la intervención porque no había camas con respiradores que estuvieran disponibles en la sala posoperatorio, ya que las cuatro estaban ocupadas y en su caso eran indispensables por si surgía alguna complicación.

Le dieron el alta y la enviaron a su casa con la promesa de que volviera el lunes siguiente para ser operada el martes, sin sospechar que la situación se repetiría y por el mismo motivo.

Su cuadro es complejo debido a que tiene la enfermedad de Crohn, un proceso inflamatorio crónico del tracto intestinal, y ante una situación de estrés como la que vivió tenía riesgo de tener un brote. Por suerte eso no ocurrió, “ni durante ni después de la intervención quirúrgica”, recalca.

Mari ya estaba desesperada porque no quería esperar a que el tumor creciera y se convirtiera en una metástasis. Quería que se lo sacaran “cuanto antes” para poder empezar a hacer su vida. Ahora, después de todo lo sucedido, y arropada por familiares, amigos, e incluso personas que ni siquiera conocía, tiene fuerzas para seguir adelante y volver a buscar trabajo dado que está en paro desde hace un tiempo.

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