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Eulalia Corralero: “Podemos limpiar una habitación en 15 minutos pero mover papeles nos cuesta”

"No es cuestión de dinero sino de salud, hacer 24 habitaciones en seis horas es una carga inasumible", declaró la fundadora del movimiento Las Kellys en el primer congreso nacional de camareras de piso celebrado en Adeje
La fundadora del movimiento Las Kellys abrió el congreso de Adeje / FRAN PALLERO

Eulalia Corralero Pajares (Plasencia, 1963), lleva desde los 14 años limpiando habitaciones en Lloret de Mar y hoy es un rostro visible gracias a ser la fundadora del movimiento de Las Kellys, grupo que surgió a través de las redes sociales en 2014 para luchar por los derechos laborales y sociales de las camareras de pisos.

-¿Cómo empezó el movimiento, hoy tan visible?
“El movimiento surgió en agosto de 2014, cuando se crea el grupo de Facebook, luego a partir de ahí nace la primera asociación de Las Kellys en 2016 y otras asociaciones más porque cada una tiene su propio convenio y su propio entorno turístico, porque no tiene nada que ver el turismo de interior como el de Madrid con el de la costa turística, y creo que ha sido un acierto porque cada una tiene su propia autonomía . Todo esto nos está costando un poco, porque nosotras podemos hacer una habitación en quince minutos, pero mover papeles nos cuesta; nadie sabe el esfuerzo que estamos haciendo, aunque vale la pena por todas esas mujeres que han perdido el miedo a reclamar”.

-¿Hay kellys de cinco estrellas y otras de hostales?
“Desde que creamos el movimiento nos hemos dado cuenta que el convenio se aplica igual en un hotel de cinco estrellas que en una fonda, con lo cual quiere decir que la nómina es exactamente igual”.

-¿Qué se ha logrado en estos cuatro años de movimiento y qué queda?
“Por lo pronto se ha logrado visibilizar nuestro trabajo que para nosotras ya es mucho, aunque queda mucho por hacer. Las Kellys han servido para asociarse y perder el miedo, porque hasta ahora se estaba en algún sindicato y poco más, aunque también hay que decirlo, en algunos lugares, los menos, los sindicatos han hecho un buen trabajo. Sobre todo había mucha desinformación y a través de unos abogados laboralistas hemos sabido movernos”.

-Hace unos días el Tribunal Supremo condenaba a un hotel de Tenerife por discriminación salarial con las mujeres.
“Desde luego, ha sido superimportante. Ya lo sabíamos, era vox populi entre nosotras pero que un Tribunal Supremo te lo reconozca empodera enormemente a las mujeres”.

– Y además ya se le reconocen las enfermedades propias de su trabajo.
“Llevamos muchas cuarenta años trabajando como camareras de piso y no teníamos ninguna enfermedad reconocida. Ahora se nos han recocido tres de golpe, las tendinitis del codo, la muñeca y la clavícula, que está muy bien, pero no la más importante, la hernia lumbar, que en algunos casos nos lleva a las prótesis en edades muy tempranas”.

-¿Ustedes trabajan por hora o por número de habitaciones?
“Hay para todos los gustos. Lo normal es tener un contrato de ocho horas, como ocurre en la Costa Brava, donde yo trabajo. Aquí creo que tienen otro sistema, aunque lo habitual son 40 horas semanales y una nomina de mil y pocos euros para hacer 24 habitaciones en seis horas, una sobrecarga inasumible”.

-¿Y qué es lo recomendable?
“Lo recomendable son 15 minutos por habitación, pero eso no siempre es así, porque no todos los clientes dejan la habitación igual y llegas a las tres y nos ha terminado tu trabajo, por lo que le echas más horas”.

-¿Cuál es la Comunidad Autónoma que mejor o peor les trata?
“En eso discrepamos mucho. Quizás donde se gana menos y con menos estabilidad son las comunidades del interior, mientras que en las comunidades de la costa, como Málaga o Baleares hay una tradición sindical muy importante, con un buen convenio y mejores sueldos. Aunque no es cuestión de sueldo, sino de salud, porque en Lloret en verano una mujer tiene que hacer hasta 60 camas al día, y por eso nos echamos a la calle para decir basta”.

– ¿Se podrán jubilar antes?
“Esta es una batalla que ningún partido, ni de izquierda ni derecha, nos reconoce porque dicen que no hay dinero y se equivocan porque lo que pueden perder por un lado lo ganarían ahorrando dinero en dependencia o en guarderías, porque como mujeres productivas podremos hacernos cargos de nuestros mayores y nietos”.

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