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“Me voy tranquilo porque dejo el Ayuntamiento en la mejor situación”

Juan Dóniz, concejal de Hacienda y portavoz de CC en el Ayuntamiento de La Orotava
Juan Dóniz junto a la estatua que tiene levantada en su barrio, Benijos. Sergio Méndez

Le cuesta sacarse los números de la cabeza. Hasta el punto que ha calculado el tiempo que le ha dedicado al Ayuntamiento durante 36 años: 432 meses que se traducen en 13.000 días que representan el 60% de su vida. Y aunque no se arrepiente, ha llegado el momento en que considera que es suficiente, que el ritmo que lleva no lo puede -y tampoco quiere- aguantar durante mucho tiempo más, porque se ha perdido muchos momentos importantes de su familia, sobre todo de sus hijos, y pretende evitar que le ocurra lo mismo con su nieto. El 3 de febrero cumplió 60 años, más de la mitad dedicados a la política municipal activa, “que es la más bonita, porque es la más cercana al vecino pero también la más sacrificada”, sostiene, y la que dejará en el mes de mayo ya que decidió no formar parte de la lista de Coalición Canaria en las elecciones municipales que se celebran ese mes.

Ningún político en la historia de La Orotava tiene una estatua como la que le levantaron a él en su barrio, Benijos, culpa de la complicidad entre su mujer y el exalcalde, Isaac Valencia. Tampoco una memoria envidiable como la suya y una trayectoria que muchos desearían. Fue el primer universitario de la zona alta de La Orotava, un mérito que consiguió con mucho esfuerzo, realizando todo tipo de labores, desde cuidar cabras hasta recoger pinocha, cortar el pelo o vender zapatos. En el Cabildo de Tenerife estuvo como consejero entre 1995 y 2003 y también formó parte de la parranda Los Baratos. La música sigue siendo una de sus grandes pasiones. Toca la guitarra eléctrica desde que era muy joven, en su casa tiene censados 24 instrumentos musicales, y sigue participando con su grupo en romerías y fiestas, tiempo en que su cabeza se aleja de las áreas de Economía y Hacienda, Patrimonio y Recursos Humanos.

– ¿Es cierto que ha sido una decisión muy meditada y personal dejar el Ayuntamiento?
“Sí, no la tomé de un día para otro. Nadie entiende que cuando más cómodo estoy, cuando las deudas están saldadas y cuando más experiencia tengo, me vaya. Estoy muy felíz con la actividad que hago pero no tanto con una parte de lo que tengo que hacer y además, hay que dar paso a los jóvenes que están igual o mejor preparados. Desde el verano pasado ya le confesé al alcalde, Francisco Linares, que me costaba un poco. Me voy con la tranquilidad de que el Ayuntamiento queda en la mejor situación que ha vivido desde el inicio de la democracia, sin deudas con los bancos, y cumpliendo los criterios de la Ley de Estabilidad Presupuestaria”.

– ¿Qué le dijeron sus compañeros de Corporación cuando se enteraron de que no repetía?
“El único que lo sabía era el alcalde. Le dije que era bueno anunciarlo, como había hecho el portavoz de CC en el Parlamento de Canarias, José Miguel Ruano, para que no hubieran especulaciones falsas en pleno periodo de campaña electoral. Así que aproveché a comunicarlo en el comité celebrado el 22 de febrero. Y me sorprendí de la repercusión y los buenos comentarios que recibí en las redes sociales”.

-En 2005 cuando le dio un ictus se pensó que no volvería más y sin embargo lo hizo todavía con más fuerza…
“En ese momento perdí todo, el lenguaje escrito y el oral, que luego recuperé. Pero reconozco que desde esa fecha no soy el mismo, ya no llevo reloj por ejemplo. Y pese a que nunca pensé en no volver, quizás tendría que haberme incorporado a otras áreas, aunque lo hice en Hacienda pero con otro ritmo”.

-¿Ha cambiado mucho la política municipal en estos 36 años?

“Muchísimo. Desde la formación, ya que los concejales están cada vez más preparados, hasta la manera de hacer política, buscando el consenso de todos los grupos, y dejando cada vez más de lado la corrupción”.

-¿Le queda algo pendiente en su paso por el Ayuntamiento?
“En política jamás se cumplen los objetivos, porque tú tienes unos pero la dinámica diaria y la propia ciudadanía te van generando otros, afortunadamente. Quizás en el vagón de salida para la próxima Corporación, el concejal de Hacienda tendrá asuntos a los que les tendrá que dedicar horas, como el solar en la zona 7 de San Agustín en el que inicialmente se iba a ubicar la Universidad Europa de Canarias (UEC), el del teatro Atlante y el antiguo hospital de San Francisco”.

– Pensé que iba a decir la mejora de la TF-21…

“No, porque es un proyecto que se iniciará con la próxima Corporación pero que se viene trabajando desde hace tiempo”.

-¿De qué se siente más orgulloso en su paso por el Ayuntamiento?
“Hacer igual a lo desigual, haber podido participar en que los vecinos de La Orotava sean todos iguales. Antes no lo eran, porque en unos barrios había escuelas, agua y luz eléctrica y en otros no. También me siento orgulloso de ver que los jóvenes de la zona alta de La Orotava no tienen actualmente las carencias que tuve yo, y de la cantidad de universitarios que hay, cuando en mi época únicamente éramos solo dos los que cursábamos estudios en la universidad en un población de 6.000 habitantes. Y también de otro hecho, de haber casado a mi hijo en el Ayuntamiento, que nació cuando yo era concejal”.

-¿Qué etapa de su vida política preferiría olvidar?
“Hay un par de ellas. Las veces que he tenido que ir a los juzgados, por ejemplo, aunque es un gaje del oficio. Pero hay un hecho que me marcó y fue en octubre de 2012, cuando se denunció al cabrero de Benijos y desde el Ayuntamiento se le dio un plazo para que desalojara su rebaño del barranco de Tafuriaste debido a un brote de fiebre Q. El día anterior me llamó para decirme que si lo quitaban de allí él se quitaba la vida y lo cumplió. Son cosas que no puedes resolver porque después te enteras de que hay otros motivos. También suceden cosas que no te gustan pero que no dependen de tí, como cuando un juez dicta que hay que demoler una vivienda porque no se ha cumplido la ley. Pero yo me quedo con lo bueno, que es el cariño de la gente durante estos años”.

-¿Qué cosas cambiaría como parte del grupo de gobierno?

“Creo que nos equivocamos en el Plan General de Ordenación que está vigente y que es muy expansivo”.

-¿Se quedó con ganas de llevar algún área?
“No. Cuando entré por primera vez en el Ayuntamiento llevé Agricultura, Ganadería y Juventud. Luego asumí la responsabilidad de Educación con Vicente Miranda a la cabeza y después Cultura y Deportes. Y como había terminado la carrera de Ciencias Empresariales y estaba en la comisión, empecé a llevar Hacienda. Es una concejalía que me gusta, he sido felíz con lo que he hecho y sobre todo, administrando miserias, porque en el año 1983 el presupuesto era de 4 millones de euros. Cuando estuve en el Cabildo de Tenerife me gustaba el área de Agricultura, al frente de la cual estaba Alonso Arroyo, una persona muy preparada en temas europeos, pero el entonces presidente Ricardo Melchior planteó que quería una persona full time e Isaac Valencia le pidió que me dejara, al menos, dos días a la semana en el Ayuntamiento. Pero no me arrepiento de haberme dedicado íntegramente al municipio”.

-¿Y de estar en la oposición?

“Se lo regalo. No sé lo que es estar en la oposición y le doy las gracias a los vecinos para que así fuera. Probablemente eso es lo que te mantiene tantos años. Hay que destacar que desde que se creó la junta de portavoces, donde se pueden consensuar previamente los temas, se ha pasado de tener enemigos a adversarios políticos”.

-¿Es cierto que no se hacen amigos en política?
“No. Yo sí tengo buenos amigos en política y también de la oposición”.

-¿Cuándo será su despedida?

“Será en el pleno del martes 30 de abril, después de las elecciones generales, cuando me despida de mis compañeros de Corporación. Al menos así se lo he pedido al alcalde”.

-¿Se está preparando para ese momento?
“Tengo técnicas para gestionar las emociones. Reconozco que después de darme el ictus la parte emocional no la controlo tanto. Pero somos personas y si tenemos que llorar, lloramos, somos humanos”.

-¿Quién fue su referente en política?
“Quizás Luis Mardones Sevilla, aunque como referente inicial tengo la Agrupación Independiente de La Orotava (AIO) y al sacerdote salesiano Víctor Rodríguez que lideró ese movimiento. Por otra parte, Eusebio Hernández Melo, concejal en la primera etapa de Francisco Sánchez y uno de los responsables de la asociación cultural Don Víctor, fue quien me metió en política. Recuerdo que apareció un día que estaba poniendo cemento en lo que hoy se llama la fuente vieja, en el camino de la iglesia de Benijos, y me dijo si quería ser concejal. Yo no sabía en qué consistía el trabajo y le pregunté si podía mejorar los caminos, los colegios, tener luz, plaza y como me dijo que sí, le pedí que me apuntara. Antes, la plancha electoral se hacía en los barrios, de ese modo conocí a Isaac Valencia. Mientras Mardones era gobernador civil de la provincia de Santa Cruz de Tenerife se autorizó la manifestación de las velas, de la que participé. Un día llegó y delante de los vecinos me dio un cheque de 50.000 pesetas. Recuerdo que su frase fue: ‘Espero que lo que hoy te estoy entregando lo repartas en beneficio de tus vecinos’. Yo todavía estaba haciendo la carrera, no sabía que me iba a dedicar a la política. De hecho, fue el padrino de la promoción de mi carrera”.

-¿Víctor Rodríguez ocupó un papel importante en su vida?
“Empecé con 8 años a estudiar, cuando en la parte alta de La Orotava solo se llegaba a Tercero de EGB. Yo trabajé con él en el colectivo juvenil Tauro, en el que algunos de sus alumnos subían a dar clases de alfabetización en los barrios altos de La Orotava. Yo abría y cerraba el teleclub y Víctor Rodríguez, para que no me quedara en Tercero, como la mayoría de los jóvenes de los altos de la Villa, me consiguió una beca en el colegio Los Salesianos. En esa época conocí a Miguel Ángel Fariña, el mejor que tengo hasta ahora y terminé como un hijo más en su casa. Me fui al cuartel y nunca perdí el contacto con Víctor. Encontrarse en la vida con él y con Miguel Ángel y su familia, ha sido una bendición”.

-¿Qué etapa en el Ayuntamiento elegiría?

“Es difícil, porque la primera es donde más aprendí pero gobernar con miseria, como consecuencia de la crisis, te pone a prueba y saber administrar. Quizás me quedo con la que menos paro tenía el municipio, entre 2000 y 2007”.

-¿Cree que CC va a volver a renovar su mayoría absoluta aunque usted no esté en la lista?
“Se fue Isaac Valencia y mantuvimos doce concejales, me voy yo y CC sacará trece. Apuesto por ese número que es el de mi casa. Creo que CC está tan consolidada por su trabajo, que ya no es una cuestión de personas sino de proyectos y de trayectoria”.

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