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El detenido en relación al asesinato de su expareja y su hijo en Adeje pasará mañana a disposición judicial

Continúa sin querer colaborar con la justicia
Vehículo del presunto asesino. DA
Vehículo del presunto asesino. DA
Vehículo del presunto asesino. DA

Thomas R. H., de 43 años, el hombre que se encuentra detenido en dependencias de la Guardia Civil en Adeje en relación a la muerte violenta de su expareja y su hijo de diez años, pasará a disposición judicial en el día de mañana. El varón sigue sin prestar ningún tipo de colaboración con las autoridades, después de que fuera detenido y dijera no saber dónde se encontraba la mujer y su otro hijo.

Las primeras sospechas de los investigadores apuntan a que Thomas, descrito ayer por sus vecinos del casco urbano de Adeje como una persona no integrada en la comunidad que llevaba viviendo en una casa de la calle Ramón y Cajal entre dos y tres años, presuntamente planeó el doble crimen, que si no fue triple es gracias a que el hijo pequeño milagrosamente logró escapar de la cueva maldita.

Tales sospechas se sustentan en que la mujer y los dos hijos (al parecer, estaban separados y por eso solo venían de cuando en cuando de visita a Tenerife) llegaron a la Isla el pasado lunes, y fue el martes por la mañana cuando los vieron salir a los cuatro a dar un paseo que, en realidad, se convirtió en una trampa mortal para los infortunados Silvia y Jacob. Siempre como hipótesis, Thomas habría llevado a su familia en la furgoneta Volkswagen Caddy color oscuro de su propiedad a un paraje recóndito en la zona de La Quinta y, tras dar con la cueva, se desencadenó la violencia. Por las heridas que presenta él, o Silvia o Jacob intentaron hacerle frente, dado que sus lesiones coinciden con las causadas por quien intenta defenderse. En el tumulto, el más pequeño de los dos hijos pudo escapar del lugar y, tras vagar durante horas por el monte, fue encontrado a las cinco de la tarde por unos vecinos en un lógico estado de shock. A duras penas, el pequeño (que no sabe español) habló de una cueva donde su padre había golpeado a su madre, y que había mucha sangre. Cuando llegaron los agentes a su casa para detenerlo, Thomas dormía.

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