sanidad

CCOO insta al Gobierno de Canarias a no dilatar el concurso de ambulancias

Moreno considera un "absoluto disparate" la propuesta del sindicato UGT, "minoritario en el sector"
Colisión de dos vehículos
AMBULANCIA SUC ARCHIVO 2
FOTO: WIKIMEDIA

El portavoz del sector de ambulancias de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras Canarias (FSC-CCOO), Pedro Moreno, pidió este martes al Gobierno de Canarias que finalice el concurso de ambulancias de Canarias para darle una solución al “lamentable” estado de la flota y “poner fin a las incertidumbres de las plantillas que desconocen en que empresas van a prestar servicios”.

Moreno considera un “absoluto disparate” la propuesta del sindicato UGT, “minoritario en el sector”, que pide declarar desierto el concurso y rescatar el servicio para que sea prestado desde la administración pública.

Aun considerándolo un fin “loable”, Moreno señala que hacerlo ahora de forma precipitada supone poner en riesgo la renovación de la flota, con más de diez años de antigüedad, así como la subrogación y el empleo de las plantillas.

Asimismo, FSC-CCOO rechaza, como interpreta UGT, que el acuerdo que puso fin al conflicto de ambulancias haya supuesto mayor precariedad en las plantillas, pues no solo se han revisado las tablas salariales, sino que además se están reconociendo cantidades adeudadas.

Además, y tal como anunció la FSC-CCOO, se está generando nuevo empleo en el sector.

Moreno espera que el concurso no finalice más allá del mes de junio y lamenta también que algunas operadoras “hayan lanzado el globo sonda” de que los concursos no están suficientemente dotados, pues esto se orienta a confundir a las plantillas haciéndolos creer que las condiciones salariales dependerán del incremento de las dotaciones.

Además, recuerda que dichas condiciones ya han sido pactadas en el convenio colectivo y han de ser respetadas con los pliegos actuales.

El sindicato anuncia que “bajo ningún concepto” va a permitir que los salarios sirvan para cuadrar los costes de las empresas concesionarias, lo que constituye una “línea roja” en cualquier negociación con los empresarios.

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