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Vanessa, profesora lagunera afincada en Hong Kong: “El asiático es el estudiante ideal de cualquier docente”

En 2005 puso rumbo a Filipinas, donde tenía previsto ejercer como profesora gracias al lectorado que el Ministerio de Educación le había concedido; este 2019 cumplirá su decimocuarto año en el extranjero
Vanessa, profesora lagunera afincada en Asia desde 2005. | DA

Vanessa Afonso siempre lo ha tenido claro. Por aquel entonces, los españoles ni siquiera habían olisqueado las crisis económica que, en apenas un par de años, azotaría al país. Y pese a que los canarios podían ganarse la vida dignamente en las Islas, esta lagunera de 41 años ya había empacado las maletas. En 2005 puso rumbo al continente asiático, concretamente a Filipinas, donde tenía previsto ejercer como profesora en una universidad (University of the Philippines Diliman) gracias al lectorado que el Ministerio de Educación le había concedido. Este 2019 cumplirá su decimocuarto año en el extranjero. Ahora, trabaja en un instituto en Hong Kong.

-¿Qué fue lo que le impulsó a abandonar La Laguna para instalarse en Asia?

“Había terminado la carrera hacía unos años y estaba continuamente rotando por varios institutos del Archipiélago, mientras terminaba mis estudios en Enseñanza de Español para Extranjeros. Fue entonces cuando surgió una oportunidad en Filipinas que me permitiría trabajar en aquello en lo que me había preparado. Mis amigos me aconsejaban que me quedara en Canarias, e incluso, me veían como la loca del pueblo. Decidí irme en 2005 y, desde entonces, aquí sigo, en Asia”.

-De Filipinas a Hong Kong, ¿cómo ha sido su andadura por el continente asiático?

“En Filipinas estuve dos años trabajando con la ayuda del lectorado y uno como profesora colaboradora en el Instituto Cervantes de Manila. Sin embargo, durante ese último periodo descubrí que vivir con un sueldo local en Filipinas era muy duro, así que volví a pedir durante otro curso la beca del profesorado. Cuando finalicé el año académico, ni siquiera me planteé volver a Tenerife, ya que tenía pareja en Asia y disfrutaba de mi trabajo. Fue entonces cuando conseguí empleo en una escuela de Hong Kong. Actualmente, trabajo en el instituto de secundaria Law Ting Pong Secondary School”.

– ¿Qué es lo que más te gusta de Hong Kong?

“La comodidad que tiene la ciudad. Me fui de Manila porque era una capital grande, pero incómoda. Mudarme a Hong Kong fue un paso adelante: comodidad absoluta con medios de transporte económicos que hacen el día a día más fácil. Además, es una urbe que me aporta un poco de todo; tengo la playa y la montaña a 15 minutos en guagua. La eficacia administrativa es otra de la ventajas de esta región, donde las incidencias suelen solucionarse en menos de 24 horas. Eso sí, no todo el mundo puede adaptarse al ritmo frenético de Hong Kong…”

– Después de tantos años fuera, ¿extrañas vivir en las Islas?

“Extraño a mi familia y amigos obviamente, pero al final te acostumbras. Me encanta volver a Tenerife durante las vacaciones. De hecho, siempre suelo estar allí una o dos veces al año. Aunque soy feliz donde vivo, de lo contrario, estaría de vuelta en Canarias desde hace muchos años. De momento, no siento que deba volver”.

-¿Cambiarás de opinión en un futuro?

“Seguramente vuelva algún día, pero por ahora no lo tengo en mente. Estoy tan feliz con mi trabajo aquí que sería muy duro para mí alejarme del sistema y comenzar a ejercer en uno nuevo. El asiático es el estudiante ideal de cualquier profesor. Son alumnos trabajadores, educados y agradecidos. El profesor en el aula es profesor, es decir, no tiene que estar mandando a callar constantemente ni asegurarse de que cada uno esté en su sitio. En este sentido, hay que tener en cuenta que son personas exigentes, quieren las cosas bien hechas y, como docente, debes estar preparado. A mí, particularmente, es lo que más me gusta porque hace que mi trabajo sea de calidad”.

-¿Qué hace una lagunera en Asia en su tiempo libre?

“Suelo bailar salsa desde hace años y en Hong Kong hay varios sitios a los que acudir. Además, intenté una vez interiorizar la cultura asiática con clases de kung-fu, pero solo duré un par de meses. De resto, me gusta hacer senderismo. No es el Monte de Las Mercedes, en Tenerife, pero ofrece diversas rutas a las que puedes llegar cómodamente en transporte público”.

 

-¿Acostumbrada a la gastronomía?

“Lo cierto es que no me gusta la pasta ni el arroz, y estando en Asia lo llevo un poco mal [bromea]. Por ello, trato de cocinar normalmente mi comida, pero cuando surge almorzar o cenar fuera con amigos, no tengo ningún problema. Los precios en los restaurantes locales está muy bien. En cambio, los de gastronomía internacional son mucho más caros”.

-¿Y a su gente?

“Los españoles suelen tener un importante choque cultural cuando llegan a Hong Kong porque piensan que la gente es antipática, pero la verdad es que son personas ocupadas que tienen un estilo de vida acelerado. ¡Vamos!, totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados en Canarias”.

-¿Le darías algún consejo a los canarios que estén pensando en trasladarse al extranjero?

“La clave es venir sin prejuicios. Olvidarse un poco del lugar de origen y abrir la mente a nuevas culturas y estilos de vida. Da igual que estos sean raros o extraños, lo importante es conseguir una actitud positiva que ayude a nutrirse y crecer como persona. En caso de no acostumbrarse, siempre se puede cambiar de destino, ya que lo realmente complicado es dejar la ciudad natal por primera vez”.

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