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Óscar Noya: “Venezuela vive una catástrofe sanitaria al abandonarse la prevención”

El doctor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central afirma que los Gobiernos del país “se han dedicado a ver enfermos”
Óscar Noya, mienbro del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela. | DA

La Facultad de Farmacia de la ULLacogió ayer el seminario Enfermedades emergentes y reemergentes en América, que contó con varios expertos de la Universidad de La Laguna y de Venezuela.

La situación de este país centró la ponencia de Óscar Noya, miembro del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, que relató cómo ha emergido la malaria. Calificó de “catástrofe sanitaria” lo que se está viviendo en su país, que fue el primero en eliminar la malaria, según la OMS en 1961, y ahora se encuentran a la cola mundial debido a que se “abandonaron los programas de medicina preventiva, control y la vigilancia epidemiológica”. Una cuestión que se agrava por la situación geográfica y la biodiversidad del país, que beneficia la proliferación de varias especies de mosquitos, que, a su vez, favorecen la transmisión de enfermedades.

“No solo es mejor prevenir que curar, sino que es mucho más humano evitar que la gente enferme”, aseguró un Noya que lamentó que “algo está fallando” porque en vez de imponer una medicina preventiva, “los Gobiernos se dedicaron a ver enfermos” para mejorar las estadísticas.

Por su parte, Gustavo Marrero, catedrático del Departamento de Economía, Contabilidad y Finanzas de la ULL, reflexionó sobre la influencia de la riqueza sobre la salud y ahondó en las distintas posturas de los economistas para determinar si la mejora de la salud viene precedida por el aumento de la riqueza o no. El nacimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948, unido a un cambio social en el que se ve la salud como un bien público, y las grandes innovaciones en medicamentos, la penicilina y el desarrollo de vacunas o insecticidas, ha propiciado estas modificaciones. Sin embargo, actualmente no hay una teoría que justifique que a más riqueza habrá más salud.

Marrero hizo hincapié en el conocimiento y cómo se traslada posteriormente a la ciudadanía por parte de las instituciones. Cuestiones tan sencillas como lavarse las manos, utilizar mosquiteras ante la picadura de insectos o usar anticonceptivos para evitar patologías de transmisión sexual como el sida, pueden ser claves a la hora de mejorar la salud de los países.

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