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Empate a nada entre el Mirandés y el CD Tenerife en Anduva

El CD Tenerife sumó un punto en Anduva que no le saca ni de pobre ni de rico. Más bien aumenta la desconfianza que siente hacia él un sector mayoritario de la afición blanquiazul

El CD Tenerife sumó un punto en Anduva que no le saca ni de pobre ni de rico. Más bien aumenta la desconfianza que siente hacia él un sector mayoritario de la afición blanquiazul. Es cierto que los de López Garai fueron los dominadores del encuentro, pero ese control resultó totalmente infecundo. Es más, los visitantes acabaron pidiendo la hora en los minutos finales del partido, en los que el Mirandés incluso estrelló un balón en el larguero de la portería defendida por Ortolá. De momento, esta igualada sirve para que el Tenerife abandone los puestos de descenso, pero habrá que estar pendientes a lo que hagan hoy el resto de equipos de Segunda. El CD Tenerife sumó un punto en Anduva que no le saca ni de pobre ni de rico. Más bien aumenta la desconfianza que siente hacia él un sector mayoritario de la afición blanquiazul. Es cierto que los de López Garai fueron los dominadores del encuentro, pero ese control resultó totalmente infecundo. Es más, los visitantes acabaron pidiendo la hora en los minutos finales del partido, en los que el Mirandés incluso estrelló un balón en el larguero de la portería defendida por Ortolá. De momento, esta igualada sirve para que el Tenerife abandone los puestos de descenso, pero habrá que estar pendientes a lo que hagan hoy el resto de equipos de Segunda.

La semana previa al duelo ante el Mirandés tuvo un nombre propio, el de Alberto. Precisamente el majorero fue el sacrificado por López Garai y tuvo que ver el partido en la grada de Anduva. De esta manera entró en el once inicial Aitor Sanz. De resto, el entrenador vasco utilizó a los mismos jugadores que empataron el pasado fin de semana en el Heliodoro ante el Racing de Santander.
La primera media hora de partido pasó con más pena que gloria. Con un Tenerife que intentó dominar la situación, pero ese control de la situación fue absolutamente estéril. No obstante, el cuadro local no hacía daño. Los blanquiazules sí que empezaron a atacar una vez superado los 30 minutos de juego. Nahuel Leiva tuvo una gran ocasión de gol en el minuto 36. El argentino remató con la derecha muy escorado y paró bajo palos a rás de suelo el meta del Mirandés, quien un minuto después se llevó el gran susto de la primera parte. El colegiado de la contienda anuló un gol a Malbasic por fuera de juego del delantero balcánico. Álex Muñoz asistió en profundidad para Filil, quien desde un costado, coló el balón por el palo largo del meta. El árbitro no tuvo dudas a la hora de anular este tanto.

Este par de opciones fueron las más destacadas de una primera parte insípida en ataque de los dos equipos. Antes del descanso Bermejo tuvo q ue retirarse lesionado y entró en su lugar Ramón Miérez. El argentino se colocó en la punta del ataque, mientras que Leiva pasó a la izquierda y Malbasic a la derecha. Así acabó la primera parte en Anduva del Mirandés-Tenerife.

La segunda parte fue más descorazonadora para el equipo blanquiazul. Es cierto que empezó mordiendo, con dos ocasiones casi consecutivas. En la segunda (minuto 50), Lasso disparó al lateral de la red tras recibir de Nahuel, probablemente el mejor de los blanquiazules. El argentino sostuvo el ataque del equipo, pero apenas recibía la misma respuesta de sus compañeros. Malbasic desapareció el partido desde que fue ubicado en banda derecha, mientras que Miérez nunca apareció sobre el terreno de juego castellano.

Con el paso de los minutos, la fatiga hizo acto de presencia en los jugadores tinerfeñistas y López Garai empezó a actuar. Retiró al delantero balcánico para ubicar a Naranjo por el costado diestro. Minuto 79. Más adelante, (84) Lasso se fue al banquillo para que entrase Undabarrena. Tras esta tercera variante, el equipo se fue hacia atrás y pasó los últimos minutos defendiendo el punto que tenía en la mano y agobiado por un rival que despertó al final.

Marcos André de Souza tuvo en sus botas el primero, pero no contaba con que Ortolá estuviese tan acertado al despejar con los pies en el minuto 88. Luego Álvaro Rey también rozó el gol con un disparo de falta directa que repelió el larguero. De esta manera acabó el Tenerife pidiendo la hora en Anduva.

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