El pasado domingo, una densa niebla cubría todo Oviedo. Misael y su mujer, Montserrat, decidieron -como hacían otras tantas veces- ir a esquiar al Puerto de San Isidro (León). Junto ellos, en el coche, iban sus dos hijos: Misael y Alba. La familia era muy aficionada al deporte y, sobre todo, al esquí. Cuando los cuatro habían recorrido los 60 kilómetros que separan la capital de Asturias y el puerto, Misael decidió bajarse del vehículo. La carretera estaba completamente cubierta por la nieve que había caído durante la noche. Su coche casi no podía circular.
El padre de familia se detuvo en el arcén de la AS-253 para poner las cadenas. Solo quedaban dos kilómetros para llegar a su destino, para disfrutar de un día de esquí toda la familia. Cuando Misael se bajó de su Nissan Qashqai en una intersección, una furgoneta se lo llevó por delante. El vehículo le propinó un fuerte golpe en la cabeza y falleció al instante. Su mujer y sus dos hijos pequeños lo presenciaron todo. Néstor, el hombre que conducía la furgoneta, dio positivo en el test de drogas. Había consumido cannabis. Ahora, se enfrenta a una condena por homicidio imprudente; iba a más velocidad de la establecida y derrapó por las malas condiciones en las que se encontraban sus ruedas. Tampoco llevaba cadenas.
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