
El Cabildo de Tenerife y Red Eléctrica de España estudian construir una gran central hidroeléctrica en el Valle de Güímar de 200 megavatios (MW) de potencia, que produzca energía para más de una tercera parte de la Isla. La multinacional española ya cuenta incluso con un anteproyecto de la instalación, que mejoraría la garantía del suministro, la seguridad del sistema y reforzaría la apuesta por el uso de las energías renovables.
La creación de la primera central de estas características en Tenerife forma parte de la estrategia del Cabildo de robustecer el sistema energético y eléctrico de la Isla. A diferencia de las centrales que precisan de un gran salto de agua, el ciclo hidroeléctrico reversible solo necesita dos depósitos, uno de cabecera y otro de baja cota, entre los que fluye un caudal cerrado de agua en circulación. Además, otra de sus ventajas es que su funcionamiento no depende de las condiciones atmosféricas, como ocurre con la energía eólica o solar.
“Es un proyecto muy serio, no se trata de ninguna ocurrencia caprichosa”, afirmó a este periódico Javier Rodríguez Medina, consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha Contra el Cambio Climático, que subrayó las ventajas de construir la instalación en el Valle de Güímar, empezando por el aprovechamiento y la regeneración de los grandes huecos creados para la extracción de áridos desde hace más de tres décadas.
“Plantea una solución para dos canteras, porque serán depósitos para almacenar agua que funcionarían como vasos reguladores y buena parte de la línea de tubería por donde circulará el agua iría soterrada, de tal forma que los áridos que se generan de esa obra servirían para restituir los ámbitos dañados”, explicó el consejero, que destacó el engarce del proyecto con la sentencia judicial que obliga a la restauración del terreno afectado. “Es el único proyecto serio que he visto para restituir la zona dañada por la extracción de áridos”, enfatizó Rodríguez Medina.
No obstante, desde el Consejo Insular de Aguas, entidad que depende de la Consejería de Desarrollo Sostenible y Lucha Contra el Cambio Climático, se ha encargado un estudio a Red Eléctrica de España para analizar el posible emplazamiento de la central en la Isla Baja. Hay que recordar que el Plan Hidrológico Insular contempla hasta 24 posibles ubicaciones para el desarrollo de proyectos de esta naturaleza, aunque entre todas ellas sobresalen, por sus características orográficas, el Valle de Güímar y la Isla Baja, al ofrecer una diferencia de cota suficiente para generar un rendimiento energético óptimo.
En ese sentido, Rodríguez explicó que el Valle de Güímar presenta dos ventajas: las oquedades en el paisaje y el paso de los grandes corredores energéticos por la zona, a diferencia de la Isla Baja, que, en cambio, dispone de una cota en altura mayor, lo que significa mayor capacidad para producir energía.
“Ambos proyectos tienen sus virtudes y sus defectos, por eso desde el Consejo Insular de Aguas queremos tomar la decisión con la máxima información posible”, indica el consejero, que destaca el “gran interés” de Red Eléctrica por el Valle de Güímar.
Esta misma semana representantes de la compañía encargada del transporte y la operación del sistema eléctrico en España se han vuelto a reunir con el consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha Contra el Cambio Climático para avanzar en el proyecto y analizar las características técnicas de la central hidroeléctrica de bombeo Chira-Soria, en Gran Canaria, promovida por Red Eléctrica y considerada esencial para el sistema eléctrico insular, por cuanto supone, además de mejorar la garantía de suministro, aprovechar los excedentes de energías renovables. Se prevé que genere el 36% de la demanda de energía de la isla de Gran Canaria.
¿Cómo funciona una central hidroeléctrica reversible?
Una central hidroeléctrica es una instalación de almacenamiento de energía con dos embalses de agua a cotas distintas. Este tipo de centrales pueden funcionar por bombeo o turbinación. El modo bombeo consiste en que el agua se lleva desde el embalse inferior al superior, absorbiendo energía eléctrica de la red que queda almacenada en forma de energía potencial en el embalse superior. Durante los tramos de menos consumo se aprovecha la energía renovable sobrante para bombear el agua al embalse superior, donde queda almacenada como energía potencial para ser utilizada en el proceso de turbinación.
En cambio, en modo turbinación, el orden se invierte. El agua va desde el embalse superior al inferior, devolviendo a la red la energía previamente almacenada durante el modo bombeo. El agua del embalse superior circula por la tubería hasta el inferior, accionando las turbinas de la central e integrando en el sistema la energía renovable previamente acumulada. El agua queda almacenada en el embalse inferior, disponible para repetir el ciclo.