
Los alumnos que asisten al segundo curso del Grado Superior de Coordinación de Emergencias y Protección Civil en el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) La Laguna denuncian la grave deficiencia de material y estructuras mínimas necesarias para impartir las materias prácticas, así como el escaso conocimiento, experiencia y formación específica de los profesores que imparten algunas materias de protección civil y emergencias.
Los futuros técnicos superiores en Coordinación de Emergencias y Protección Civil que se encargarán de velar por la seguridad de los ciudadanos canarios al dirigir y supervisar las técnicas, acciones del personal interviniente y los recursos en todo tipo de emergencias, salvamento y rescate de personas, incendios, desastres y catástrofes, así como de realizar los pertinentes planes de emergencia y protección civil, entre otras muchas actividades, denunciaron al DIARIO DE AVISOS que desde que se comenzó este ciclo “no se han hecho las cosas bien”, tanto es así que han presentado reclamaciones individuales y colectivas a la dirección del propio CIPF, a la Inspección de Educación y a la Dirección General de FP y educación de Adultos alertando de las carencias que están sufriendo.
Recuerdan que el curso de Coordinación de Emergencias y Protección Civil se ofertó por primera vez en Canarias durante el curso pasado y, llegando al ecuador del segundo y último, todavía no se han resuelto algunos problemas que han heredado los alumnos que comenzaron este ciclo formativo en septiembre.
De esta manera, además del retraso del inicio de las clases debido a que faltaban profesores para impartir las materias, denuncian que “solo uno de los docentes asignados cuenta con bagaje y formación específica en Coordinación de Emergencias o Protección Civil”.
También constatan que el centro no cuenta con una extensa relación de materiales y estructuras mínimas que establece el currículum del ciclo formativo, como laboratorios, equipos de ventilación, armarios para el almacenamiento de sustancias peligrosas y materiales de seguridad, simuladores o recipientes herméticos; equipos de medición; aulas de mantenimiento y reparación; otros utillajes como botellas de aire, mascarillas y trajes de protección; equipamiento para atender emergencias sanitarias, maniquís, desfibriladores; equipos de comunicación y programas informáticos para la gestión de operaciones y la simulación de diversos escenarios de emergencia, lo que imposibilita realizar las prácticas necesarias y básicas para su capacitación.