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Ningún niño sin regalo, gracias a la asociación de García Escámez

África Fuentes consiguió, un año más, multiplicar la solidaridad para que las familias más necesitadas contaran con un juguete en la noche de Reyes
Voluntarios, políticos y empresas, ayer, junto a África Fuentes en García Escámez. / S. M.
Voluntarios, políticos y empresas, ayer, junto a África Fuentes en García Escámez. / S. M.

Un escenario repleto de regalos recibió ayer a las familias que se acercaron hasta la Asociación de Vecinos de García Escámez a buscar uno de los presentes que los Reyes Magos han dejado en manos de África Fuentes para que ejerciera como representante de Sus Majestades. Muchas familias, pero también muchos abuelos, se congregaron en el reparto de juguetes que la asociación llevó a cabo entre las familias más necesitadas. Con un número y un nombre, las personas se iban acercando al escenario a recoger un poco de magia e ilusión para los más pequeños. El apoyo de empresas como Emmasa, Jesumán o la Caixa, del propio Ayuntamiento de Santa Cruz, pero también de muchos particulares o del Telemaratón de Mírame Televisión, hizo posible que el día de Reyes no haya ningún niño sin regalo. África Fuentes, incombustible, invitaba a las familias a acercarse, a la vez que hablaba por teléfono o daba órdenes varias. El edil de Servicios Públicos y responsable del Distrito Ofra-Costa Sur, esperaba paciente junto a la representante de Emmasa a que Fuentes acabara con sus gestiones para empezar el reparto.

Entre las familias, detalló la presidenta de García Escámez, muchas familias de Venezuela y Cuba que, recién llegadas a la Isla, se ven sin ningún tipo de ayuda. “Normalmente atendemos a 800 o 900 personas que vienen derivadas de los servicios sociales, con papeles como digo yo, pero aquí son todos bienvenidos. Entre ellos hay mucha gente de Venezuela, Cuba, Perú, que viene incluso sin papeles porque hasta los seis meses no pueden pedir nada. Aquí tienen la comida semanal”, explicó a DIARIO DE AVISOS.

África Fuentes insiste en que no puede hablarse de recuperación cuando una asociación como la que ella preside atiende a miles de personas a lo largo del año. “Vendemos la playa, las palmeras, el clima, pero la gente sigue teniendo que pedir comida para vivir”, afirma. Agradece la solidaridad de las personas que colaboran con la asociación y recuerda que a ella no se avergüenza de pedir para los más necesitados. “Lo mismo le digo a la gente, que no se avergüence por pedir ayuda. Aquí vienen personas de todo tipo como empresarios a los que he visto llorando porque han perdido lo que tenían y ahora tienen que pedir comida. Yo les digo, como soy yo, que ellos saben lo que es estar bien y ahora les toca saber que es lo que está mal y que aquí van a tener quien les de una mano”. Cuando se le pregunta qué necesita ahora mismo la asociación responde sin dudarlo: “leche y gofio para los niños que están llegando desde tan lejos”.

Entre las familias que han ido recogiendo sus juguetes una abuela abandona el salón de la asociación con regalos para sus nietos. “Tengo 16 pero los juguetes son para los más pequeños, para que tengan algo en Reyes”, confiesa. Otro abuelo, recién llegado de Venezuela, recoge los regalos para sus nietos de 2 y 7 años. “Vine hace un año, antes vino mi mujer a cuidar de los niños”. Tiene aquí una hija. “Lo peor es el trabajo, no encuentro nada y no tengo ningún tipo de ayudas”. A sus 69 años solo quiere un trabajo para ayudar a su hija.

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