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José Ramón Enjamio: “Tenemos que prepararnos para auxiliar al millón de parados que dejará este virus”

El nuevo rector de la Basílica de Candelaria, reconoce “el daño económico que causará el coronavirus” y recuerda que “hemos salido de otras peores; lo superaremos con ayuda de la Virgen”
La entrevista se realizó en la sacristía de la Basílica, con la distancia que marca el estado de alerta / DA

“Tenemos que prepararnos para ayudar a un millón de parados más que va a dejar las secuelas del coronavirus”, señala José Ramón Enjamio López, el prior del convento de los Padres Dominicos y rector de la Basílica de Candelaria, que sustituyó en octubre a Daniel López, que seguirá residiendo en el convento anexo a la basílica al igual que los seis párrocos de esa orden que aún quedan en la misma. Enjamio es natural de Pontevedra (1957) y fue ordenado presbítero en 1987 de manos de monseñor Mauro Rubio, obispo de Salamanca. Es licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y llegó a Tenerife el 4 de noviembre de 2015. Pertenece a la orden de Predicadores.

El prior nos recibe en la sacristía mientras las campanas, como todos los días a las diez, tocan el Himno de la alegría. Aunque a esa hora se abre la basílica para la oración personal, no hay ningún fiel en ella. “Nosotros seguimos aquí rezando y realizando las eucaristías para nuestro interior, porque están suspendidas. Los sacerdotes, como tal, tenemos la misión de pedir para que esta pandemia desaparezca, o al menos se busquen pronto soluciones, porque esta situación está afectando a muchas familias, aunque las medidas económicas anunciadas ayer por el Gobierno sean buenas. Unos porque tienen que despedir a un ser querido que se ha ido y otros porque se van a quedar sin trabajo. De momento, no somos muy conscientes, pero de aquí a cuatro meses vamos a tener en España más de un millón de personas en paro. Ahora habrá que volcarse más con las familias, como nos hemos volcado con los venezolanos retornados. Va a ser una situación muy dolorosa, porque habrá mucha gente que no va a poder pagar el alquiler, la hipoteca, el coche o el colegio de sus hijos. Y pedimos para que esta situación desaparezca lo antes posible, y de hecho hemos acordado rezar, a las doce, en todas las iglesias, el Angelus”.

Enjamio López recuerda que las ceremonias fúnebres, tras el decreto de estado de alarma, “no están prohibidas”, aunque matiza que “se tienen que hacer casi en la intimidad, no más de 20 personas” y aclara que “los sacerdotes podemos movernos libremente para atender espiritualmente a la gente que nos lo solicite, además de realizar la extremaunción, como se hace en hospitales o centros sociosanitarios”.
“¿Si existe Dios por qué sufrimos esta pandemia? Es la pregunta que me hacen todos. Esa es la repuesta de mucha gente, pensar que Dios castiga. En un cristiano no cabe ese pensamiento, porque ni Dios ni la Virgen castigan. Dios está con el que sufre. Nosotros somos los instrumentos de Dios, que no tiene manos, no tiene corazón, no tiene ojos, tiene los nuestros y el cuenta con ellos para estar al lado de los que lo pasan mal. Nosotros somos como los profetas, los que pedimos para que los científicos puedan encontrar pronto esa vacuna que acabe con esa cuestión viríca, que cada vez irá en aumento, como ya lo anunció Bill Gates: la humanidad será castigada por un virus no por la guerra”, dijo.

Juan Ramón Enjamio, en el altar de una basílica vacía, iluminada con las candelas de la Virgen / NORCHI

Los Dominicos también gestionan el centro sociosanitario Virgen de Candelaria y Enjamio recuerda que “ahora mismo no podemos visitarlo como hacíamos cada viernes, entre otras razones porque hace poco hubo más de 50 afectados de gripe, infectados por un familiar. Tenemos que cuidarles porque son personas de riesgo”.

Y terminó siendo optimista, recordando cuando la Virgen de Los Remedios, en Buenavista, acabó con la plaga de langostas: “Hemos salido de otras peores. Hemos empezado un poco tarde, pero saldremos y con la ayuda de la Virgen de Candelaria”.

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