Tras el positivo por coronavirus registrado por una turista británica en la tarde del lunes, hasta anoche no se había detectado ningún afectado más por el Covid-19 en el hotel H10 Costa Adeje Palace. La paciente, que ingresó en el establecimiento el día 23 y que permanece hospitalizada y aislada, sigue sin presentar síntomas de la enfermedad.
El hecho de que esta persona no formara parte del núcleo de huéspedes italianos, foco inicial que causó la cuarentena en el establecimiento (hay cinco ingresados en el hospital, que evolucionan favorablemente, y otros tantos aislados en sus habitaciones en el complejo), ha extremado los controles entre huéspedes y empleados.
Según pudo saber este periódico, ayer se realizaron pruebas a varios trabajadores y esta mañana se conocerán los resultados de las analíticas. Algunos de ellos admitían anoche “cierta preocupación” porque la última afectada “se movía libremente” por el hotel. La Dirección General de Epidemiología continúa investigando sus contactos directos desde que la mujer pisó por primera vez la recepción.
Este nuevo caso no ha frenado la operación salida, que continúa desarrollándose con normalidad, aunque con menor intensidad en la jornada de ayer. Hasta las siete de la tarde habían abandonado el hotel de La Caleta 23 personas, lo que eleva a 215 los clientes que ya se encuentran en sus domicilios, es decir, casi un tercio de los huéspedes que quedaron confinados hace hoy nueve días.
La salida hacia el aeropuerto se produjo a las 14.20 horas en una guagua con las lunas oscuras, lo que no impidió ver a través del cristal delantero del vehículo al conductor y a los pasajeros de las primeras filas protegidos con mascarillas. Minutos antes realizó el mismo recorrido un microbús con varios empleados de un turoperador convenientemente protegidos para evitar un contagio de última hora.
Sanidad recordó ayer que en el hotel hay ciudadanos de 25 nacionalidades distintas y que la salida está supeditada a tres condiciones: no presentar síntomas de la enfermedad, dar negativo en el test de coronavirus las 24 horas antes de salir y que el país de origen haya establecido el mecanismo de retorno y garantice la continuidad de su seguimiento.
La jornada de ayer registró también menos movimiento del habitual por fuera del edificio. Además de la guagua y el microbús, a lo largo de la mañana accedieron a los garajes un furgón de catering, un vehículo de mantenimiento de sanitarios portátiles y otro de una empresa de tratamiento de aguas.
El área principal de aparcamientos, en el ala oeste, se ha quedado prácticamente sin coches de alquiler. Apenas media docena permanecían ayer estacionados en una explanada vacía. Todo lo contrario de lo que ocurría en la piscina, el gran foco de diversión y relax de los huéspedes que, a la espera de novedades, se tuestan día tras día sobre las hamacas.
Mientras, la preocupación por las consecuencias económicas en el sector turístico no deja de crecer. Como muestra, el dato aportado a este periódico por el directivo de una cadena implantada en el Sur y que solo en uno de sus establecimientos perderá en marzo más de 400.000 euros por cancelaciones de última hora.
Mientras, siguen los elogios a la dirección y los trabajadores del hotel. El grupo Galínico Hoteleros por Tenerife, formado por 35 profesionales del ramo, acordó premiar al director y a los trabajadores del hotel por su respuesta y dedicación desde la aparición en el establecimiento de huéspedes afectados por el coronavirus de Wuhan.
El colectivo acordó en su reunión anual conceder su Estrella de Oro al director, Jesús Oramas, y una placa de reconocimiento especial a la plantilla por su “lección de entrega y solidaridad, sin haber regateado tiempo ni dedicación”.
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