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El estado de alarma deja en Santa Cruz los índices de contaminación más bajos desde que hay registros

La reducción de la movilidad ha devuelto una calidad del aire desconocida en la capital, aunque la vuelta de los coches, una vez que se ha ido avanzando en la desescalada, la pone de nuevo en riesgo
El estado de alarma ha dejado imágenes con calles casi vacías de coches. / S. M.

La mala calidad del aire de Santa Cruz se convirtió, durante años, en una constante, debido, principalmente, a la actividad de la refinería. El propio Gobierno de Canarias elaboró el Plan de Calidad del Aire de Santa Cruz con el objetivo de que la industria implementara las medidas necesarias para reducir los índices de contaminación, sobre todo los de dióxido de azufre (SO2). Los condicionantes de dicho plan, además de otros motivos de carácter económico y estratégico, llevaron a la industria a tomar la decisión de dejar de refinar. En ese mismo momento, los índices de calidad del aire de la capital comenzaron a mejorar notablemente. A partir de entonces, el principal factor contaminante ha venido de la mano de los gases que emiten los vehículos.

El confinamiento obligado por el estado de alarma ha dado a Santa Cruz, si no el mejor aire de su historia, sí el más limpio, al menos desde que se miden los contaminantes atmosféricos. Prueba de ello son los datos de las estaciones medidoras en los que partículas como el dióxido de nitrógeno (NO2), principal contaminante del tráfico rodado, llegó a caer el 70% durante los meses de marzo a abril. El NO2 es una partícula indicadora de actividades de transporte. Lo emiten directamente los vehículos, especialmente el diésel (emisiones directas o “primarias”), pero se produce también en la atmósfera por un proceso químico como es la oxidación del monóxido de nitrógeno (NO), también emitido fundamentalmente por los vehículos; en este caso se trata de dióxido de nitrógeno secundario.

Durante los primeros meses del año, de enero a marzo, la acumulación media de este gas en la atmósfera fue de unos 40 microgramos por metro cúbico (µg/m3), mientras que en abril y mayo, la media de acumulación ha sido de unos 12 µg/m3, lo que da esa reducción del 70% en el principal gas contaminante que emiten los coches.

Otros como el ya mencionado SO2 apenas sufrieron variación. Los mismos datos, muestran como, a partir de la entrada en la segunda fase, que tuvo lugar el pasado 25 de mayo, se han empezado a recuperar los niveles anteriores al estado de alarma, aunque aún siguen por debajo de la media de los primeros meses del año. Si se fija la atención en una de las estaciones que se encargan de medir la calidad del aire en Santa Cruz, la de la piscina municipal, que es la que más contaminantes mide y la única que registró superaciones en 2011, se pueden comprobar estos datos. Así, durante 2020, los niveles de SO2 son insignificantes antes y después del estado de alarma (valores promedio de 4 a 5 µg/m3 ), y tan bajos que no existe diferencia apreciable. En cambio el NO2, como ya se ha señalado, disminuyó considerablemente, evidentemente motivado por la reducción considerable del tráfico en la capital.

No hay que olvidar que el NO2 es la causa directa de más de 3.000 muertes al año en España, según los datos del Ministerio de Transición Ecológica. Este gas ha sido relacionado con el riesgo de sufrir mortalidad prematura (general y por causas cardiovasculares y respiratorias), impactos sobre el nacimiento (partos prematuros, bajo peso de nacimiento y otras complicaciones), alteraciones del desarrollo cognitivo y función pulmonar deficiente.

En cuanto a la foto fija de la calidad del aire de todo el municipio, la clasificación Muy buena, desde que se decretó el estado de alarma, no ha abandonado las distintas estaciones medidoras, que suman una decena en la capital.

Tráfico

Los datos de la Policía Local, muestran como la caída en la entrada de vehículos en Santa Cruz ha sido histórica, pasando de los 30.000 vehículos que lo hacían antes de que se decretara el confinamiento en hora punta, a poco más de 10.000. Sin embargo, el paso a las distintas fases de la desescalada ha hecho que el número haya ido creciendo hasta situarse en casi 20.000 coches según los datos de este mismo viernes.

El desafío de la capital para conseguir mantener los niveles

Santa Cruz tenía un grave problema con el tráfico antes de la pandemia. El confinamiento ha puesto sobre la mesa el cambio que una ciudad como la capital puede implementar para conseguir una ciudad más sostenible. Desde el área de Seguridad y Movilidad, que dirige Florentino Guzmán Plasencia, ya se habían empezado a dar los primeros pasos para implementar sistemas de control de tráfico en la ciudad. Concretamente para colocar, hasta en seis puntos de la ciudad, detectores de gases contaminantes que ayudarán a limitar la entrada de tráfico o la desviación a otras zonas de la ciudad, en función del nivel de contaminación. Junto a estos detectores se instalarán también cámaras de vigilancia específicas dirigidas a fiscalizar el buen uso de los carriles de la capital (coches en doble fila, vehículos compartidos, averías o control de colas…).
Durante el estado de alarma, la Concejalía también ha implementado medidas de peatonalización de distintas zonas durante el fin de semana para mejorar la circulación de las personas, así como la reducción de la velocidad a 30 kilómetros por hora en determinados puntos de la ciudad. Son medidas, apuntó el concejal recientemente, que han venido para quedarse, y que en los próximos meses se regularán de manera concreta con el objetivo de reducir paulatinamente el tráfico en las calles más céntricas de Santa Cruz de Tenerife.

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