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Fallou Niang: “El miedo y la ignorancia acaban provocando el racismo”

El jugador del Náutico de Liga EBA cree en la necesidad de concienciar “sin violencia” sobre la discriminación para “no perder la razón”
El interior senegalés del Real Club Náutico de Tenerife ha echado raíces en Tenerife desde hace varios años. Fran Pallero
El interior senegalés del Real Club Náutico de Tenerife ha echado raíces en Tenerife desde hace varios años. Fran Pallero
El interior senegalés del Real Club Náutico de Tenerife ha echado raíces en Tenerife desde hace varios años. Fran Pallero

Fallou siempre tiene una sonrisa en la cara. Nadie dice una mala palabra de él, por lo que, en un tiempo en el que el racismo, por desgracia, toma especial relevancia, conocer su historia, la de un senegalés que llegó a Canarias tras ser engañado por un agente y que insiste en que el respeto debe crear una sociedad mejor, es clave.
“¿Sabes qué me gustaría que quedara claro? Que somos todos iguales, que todos podemos convivir en este mundo sin miedo, porque el miedo y la ignorancia provocan el racismo”, indica Fallou Niang, jugador del Náutico de la EBA que dice que será “raro” no ver a Santi Lucena como técnico el próximo curso, porque “es un entrenador y un amigo”, pero está “muy seguro” de que Susma Rodríguez, su sustituto, lo hará “genial”.
Fallou siempre saca una lectura positiva de todo. El asesinato de George Floyd ha terminado de remover conciencias, con manifestaciones en todo el planeta, rebrote de incidentes racistas y con mucho ruido, falto de que lleguen personas que traten de tender puentes: “Las imágenes del asesinato las vi una vez. No pude más. Me llegaron dentro. En este mundo no cabe el racismo, siempre conoces a alguien que lo ha sufrido, pero la manera de que nosotros, los negros, mostremos nuestra disconformidad no es provocando situaciones violentas, sino concienciando a la gente”.
Él sonríe, porque el ejemplo de su familia es, sin ir más lejos, el de nuestra sociedad, cada vez más cosmopolita: “Mi mujer es de aquí, es blanca, yo soy negro, me enfada que me digan moreno porque soy más negro que los negros, y mis dos niños son mulatos. Mi meta en la vida es que mis hijos, y los de los demás, vivan en un lugar mejor”.
Porque, para Fallou, una de las imágenes que mejor ejemplifican lo que debe ser nuestra sociedad es ver a sus hijos jugando con sus amigos: “¿Sabes lo que sucede? Que nadie nace racista, eso se inculca luego, por eso es clave la educación. Yo miro a mi hijo con su mejor amigo y veo a un negro y un blanco viviendo felices”.
Él es la mejor muestra de que el odio no lleva a ningún lado. Un agente lo abandonó tras traerlo a España prometiendo mucho sin cumplir nada, pero Fallou, también ahí, se queda con lo positivo: “No tengo rencor a esa persona que me hizo sufrir lo que nadie, pero jamás se me ocurriría pensar que todos los blancos son así. Lo hizo mal; otros fueron muy buenos conmigo”.
Y eso que Niang admite haber sufrido episodios de racismo en algunos partidos, situaciones que “cabrean mucho” pero que nunca deben de “hacer perder las formas”, porque quedarse con ello sería “injusto” cuando considera haber sido ayudado por mucha gente en España.
Por eso, antes de despedirnos, me insiste en la necesidad de acabar con mentiras malintencionadas, “como la de que los inmigrantes” quitan el trabajo a los españoles. “Yo creo que, realmente, esa gente que lo dice ni siquiera busca trabajo, porque si alguien que viene de fuera, muchas veces huyendo, te quita el trabajo…”, dice antes de que, sonriendo, repita antes de acabar: “Por favor, que quede claro que el racismo no cabe en esta sociedad. Y que la educación es clave para ello”. Fallou es un ejemplo en estos tiempos de tanto ruido.

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