conversaciones en los limoneros

Luis Yeray Gutiérrez: “La Laguna era un coto de caza casi inexpugnable”

Es el alcalde más joven de la historia de La Laguna. Luis Yeray Gutiérrez Pérez tiene 34 años y se va a casar con su concejala de Cultura
Luis Yeray Gutiérrez, alcalde de La Laguna. | Sergio Méndez

Es el alcalde más joven de la historia de La Laguna. Luis Yeray Gutiérrez Pérez tiene 34 años y se va a casar con su concejala de Cultura. Su origen humilde lo es hasta el punto de que su padre trabaja en el servicio de limpieza lagunero. “Mi padre solo ha llorado dos veces en su vida, una de ellas cuando me vio recoger el bastón de alcalde; y la otra cuando murió su padre”. Y resulta que el progenitor de Luis Yeray tiene el mal gusto de leer mis crónicas, lo cual le agradezco. Gobierna con su partido, el PSOE, y un conglomerado de izquierdas y he notado algo asombroso en este año de mandato: nadie habla mal de él. Y lo digo escuchando a Antonio Alarcó (PP) y a Santiago Pérez (pronto en el PSOE); o sea, que lo digo con conocimiento de causa. Llegó a La Laguna en tiempos convulsos, gracias a su mentor y amigo Pedro Ramos, que es un cerebro escondido. Yo conocí a Luis Yeray hace poco tiempo, cuando no desempeñaba cargo alguno, en un congreso sobre seguridad celebrado en Arona, donde ambos habíamos sido invitados. Compartimos amigos. Pero, sobre todo, es un joven que inspira confianza. Está graduado en Economía. Tenía cierto temor a enfrentarse a mí en una entrevista, cuando resulta que yo me he convertido, con los años, en un querubín.

-¿Cómo encontraste La Laguna?
“Mal. Sobre todo, económicamente. Había una situación insostenible. Nadie quería trabajar para el Ayuntamiento, porque tardaba años en cobrar. Así era imposible hacer política, ni, por supuesto, hacer gestión”.

-El Ayuntamiento, de facto, estaba intervenido por Hacienda.
“Sí, pero ya no lo está. Y hemos recuperado la confianza de los proveedores. Y procuramos darles todas las explicaciones sobre los pagos a realizar. Y nos hemos ganado su credibilidad”.

-Me he enterado de que la exalcaldesa Ana Oramas te ha llamado para darte consejos, sin tú pedírselos.
“Bueno, me llamó una vez y sí, me dio ‘consejos’, por lo que agradezco su buena intención”.

-¿Crees que habrá moción de censura en Santa Cruz o escapará tu compañera Patricia?
“Mira, ¿sabes qué te digo?, que bastantes problemas tengo en La Laguna para mirar para Santa Cruz. Ojalá que no, que no se presente una moción contra ella, porque sería absurdo”.

-A lo mejor, un día estarán las dos ciudades unidas.
“¡No! Jamás. Dije una vez, de broma, que por qué los ‘unionistas’ no concentraban sus esfuerzos para que se unan Tacoronte y Tegueste; y algunos se lo tomaron en serio”.

-¿Qué encontraste en La Laguna?
“Uf, yo esperaba ser alcalde de una gran ciudad sin tantos problemas, pero esto era un coto de caza, un coto casi inexpugnable”.

-¿Qué le pasó a Fernando Clavijo? ¿Lo trastornó el poder?
“Mira, la justicia está haciendo su trabajo. Yo no soy quién para opinar de asuntos que se dirimen en los juzgados y que tendrán su respuesta judicial en los tiempos que marcan los procedimientos. Pero a la vista está que la situación parece muy complicada para mi antecesor. Repito, que actúe la justicia”.

-En más de un año de mandato, ¿cuántos reparos has levantado al interventor, o al secretario?
“Ni uno solo, pero ni uno. En esto soy y seré tajante. Si no nos apoyamos en técnicos competentes al realizar nuestra gestión, estaremos perdidos”.

-Hablando de funcionarios, ¿están cubriendo las plazas vacantes?
“Hemos acudido a la lista de reserva, que es una excelente solución hasta que se puedan convocar plazas en propiedad. Este sistema funciona muy bien, porque te permite que entre en los puestos gente muy capacitada, casi toda ella muy joven y preparada”.

-¿Qué significa para un alcalde joven como tú tener al lado, como responsable de Urbanismo, a Santiago Pérez, un veterano de mil batallas?
“Ni más ni menos que una garantía. ¿Te parece poco? Santiago es un sabio en materia administrativa y el mejor consejero que uno pueda tener en caso de dudas, que yo tengo muchas”.

-Y, además, con mucho trabajo en la Gerencia de Urbanismo…
“Ha puesto al día la Gerencia y estamos actuando en medio de una herencia muy complicada. Hemos abierto expedientes de acuerdo con la ley; y los infractores, sobre todo los grandes infractores, serán denunciados en los tribunales o serán sancionados administrativamente, según los casos”.

-¿Cómo están hoy los pagos a proveedores?
“Al día. Puede haber alguna excepción, pero ya no estamos intervenidos y si existe un problema es más fácil resolverlo. Hemos negociado con los bancos y, sobre todo, el banco de nuestra tierra ha reaccionado muy bien”.

-La Laguna es una ciudad aristocrática. Tiene bellos palacios, es sede episcopal, ha vivido una historia relevante, sede universitaria, fue capital, fundada por los conquistadores. Y tu padre trabaja en la limpieza de la ciudad y tú eres el alcalde. ¿Esto no te emociona, si lo piensas bien?
“Yo soy el mayor de tres hermanos. Mi padre solo tiene 58 años y sigue trabajando. Nuestro origen, pues, es muy humilde. Yo pude estudiar gracias a su esfuerzo y, de pronto, me veo de alcalde. Claro que es emocionante, para mí y, sobre todo, para mi familia”.

-¿Eres consciente del consenso que provocas?
“A mí me gusta el diálogo. Y no es fácil, porque en la coalición hay pensamientos muy diferentes. Pero hasta ahora todo va bien”.

-¿Aspiras a algo más? Me refiero en política.
(Se produce una pausa en la respuesta. A Luis Yeray le han ofrecido recientemente un puesto muy importante. No lo aceptó. En realidad, esto no lo tenía que haber dicho, pero cumplo con parte del of the record -en el que no creo- no citando la oferta en concreto. Y me responde:) “Mira, me gustaría quedarme un tiempo en La Laguna. Sé que puedo trabajar por la ciudad en la que nací y que, juntos, lo podemos hacer bien”.

Luis Yeray Gutiérrez, alcalde de La Laguna. | Sergio Méndez

-¿Serás capaz de desbloquear los asuntos pendientes?
“Bueno, Las Chumberas, cuyo problema afecta a diez bloques de viviendas y a 300 familias, unas 1.000 personas, ha sido desbloqueado. Serán derribadas esas viviendas y construidas de nuevo. Los vecinos han sido repartidos en otros alojamientos. Y se nos vienen encima situaciones parecidas en otros lugares. Montaña Pacho ha sido desbloqueada, con acuerdos con el promotor; y la junta de compensación funciona. Y así, un montón de cosas”.

-Si yo fuera lagunero te preguntaría por el mercado. Es como una obsesión.
“Volverá a la plaza del Adelantado y te lo digo completamente en serio. Tenemos soluciones y las vamos a aplicar. Y en San Agustín techaremos esas ruinas y habilitaremos un precioso espacio multiusos, que ya verás. Y también nos vamos a meter a fondo con la Mesa Mota. Sí, ya sé que son asuntos eternos, pero trabajaremos para intentar darles solución dentro de este mandato”.

-Oye, Luis Yeray, ¿qué mosca le picó a Teresa Berástegui?
(Berástegui, concejala de Ciudadanos, se mandó a mudar, se entregó en cuerpo y alma a Casimiro Curbelo –entiéndase la expresión- y fue nombrada vice-consejera de Turismo. Me interesaba conocer la opinión del alcalde).

“No entiendo lo que hizo; pero yo creo que es mejor que se lo preguntes a ella”.

-Ahora vives más de cerca la cultura, ¿o no?
“Capto la indirecta. Pues sí. Pero ha sido por amor a la ciudad por lo que hemos declarado a la Cultura como Bien de Primera Necesidad. Es la primera vez que esto ocurre en España; somos el único municipio que ha tomado esta decisión”.

-Dicen en el Ayuntamiento que lo que tú tienes es que te dejas querer.
“Mira, yo soy como soy. No sé ser de otra forma. Tanto en el Ayuntamiento como en el partido (es secretario general del PSOE lagunero) me dejo aconsejar por las personas que tengo a mi lado”.

-Por cierto, el coronavirus consiguió que aplazaras tu boda.
“Me iba a casar en junio. Y nos iba a casar el obispo don Bernardo. Pero venía mucha gente de fuera y teníamos el problema de los vuelos y los derivados de la propia pandemia. Y hemos decidido aplazar la ceremonia, todavía sin fecha”.

-Luis, en la otra parte de la coalición (los podemitas y eso) parece que hay gente muy complicada.
“No lo comparto; han demostrado lealtad a lo pactado, todos y cada uno de los socios de gobierno. Yo estoy muy contento con este pacto. Y si existe alguna diferencia, que es verdad que surgen en ocasiones, lo hablamos y lo resolvemos”.

(La conversación sigue, en términos muy cordiales. Yo no quiero hacer una entrevista de salón, pero es que el personaje inspira confianza. Sucede como en la película de Sorrentino, La Gran Belleza; cuando la novia de Jep Gambardella le pregunta por qué aquel señor del extraño maletín guardaba en él las llaves de todos los palacios de Roma. Gambardella le responde: “Porque es digno de confianza”. Qué bonito es ser digno de confianza. Y este hombre me da la impresión de que lo es).

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