nuevo cero energético en tenerife

El Centro Comercial Alcampo, obligado a desalojar a los clientes

Muchas tiendas tuvieron que cesar la actividad durante la mañana y esperar a oscuras a que se restableciera el suministro; el supermercado se unió al cierre un poco más tarde
Afectados por el apagón de Tenerife
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Mientras en algunas zonas de Geneto (La Laguna) el corte de suministro eléctrico duró tan solo una hora, el Centro Comercial Alcampo La Laguna mostraba una imagen peculiar, más cercana a los cierres del pasado mes de marzo, que a la nueva normalidad. Con las puertas a medio cerrar, las dependientas y empleados de las tiendas, sentados dentro de los establecimientos a oscuras, explicaban a los clientes que se asomaban a preguntar, que no los podían atender porque no tenían luz, no tenían conexión para los datáfonos y las máquinas registradoras ni siquiera abrían para poder efectuar pagos en efectivo. El humor de los trabajadores se antojaba sombrío ante la perspectiva de otro día sin negocios tras la pandemia, algunos preocupados por la precariedad de su puesto de trabajo. Al no poder comprar en las tiendas, muchos clientes optaron por entrar al hipermercado con la idea de ver si encontraban alguna alternativa, sorprendidos de que la actividad, al menos de forma aparente, se mantenía activa en Alcampo. Sobre las 13.00 horas, el supermercado mantenía la normalidad, 20 minutos después, los cajeros empezaron a registrar problemas para procesar tarjetas de crédito e, inmediatamente, los altavoces instaban a los clientes a que se dirigieran a caja y a desalojar el centro por problemas con la electricidad. Los guardias de seguridad comenzaron a redirigir a los usuarios hacia la salida y procedieron a informar a los que se disponían a entrar, de que el establecimiento cerraba. Las expresiones de fastidio y en algunos casos, confusión, no se hicieron esperar y, aunque la mayoría de los frustrados clientes tomaron la noticia con tranquilidad, a muchos les arruinó el día. “Fatal, ¡ay, mi madre! Está casi todo cerrado por ahí también”, decía Josefa contrariada, “¡fatal!, o sea, cualquier fallo…¿y se va la luz así por toda la Isla?”, se quejaba la clienta decepcionada.

“Yo venía a comprar una cosa a Zara, y no me dejan entrar, pero es que lo del corte de luz fue hace horas, que no nos dejen entrar ahora no tiene sentido”, dijo María, otra usuaria de la superficie comercial.

Alan y Yeseña acababan de llegar cuando tuvieron que retroceder y volver al coche. “Veníamos aquí, a una tienda, y por la gracia del tema ese de Endesa, como no se organizan bien, pues siempre la misma falta de respeto hacia nosotros. Hace cosa de un año hubo un corte general, porque se prendió fuego algo y la misma historia. Esto es ya un vacilón que deberían arreglar”, declaró Alan visiblemente molesto, “a fin de cuentas, nos están limitando que uno tenga que hacer cualquier gestión. Nosotros tenemos que ir a trabajar, no tenemos tiempo”.

Fuera del centro comercial, el viento soplaba con fuerza, y el devenir de los clientes que llegaban, aparcaban y se acercaban solo para descubrir que se tenían que marchar, fue la imagen del día en el popular centro de compras. Unas dos horas después, se restableció el suministro y las tiendas reabrieron al público. Sin duda, una jornada que trastocó los planes de muchos que, o bien no se habían enterado del cero energético, o esperaban que los centros comerciales estuvieran exentos de este castigo al que, por segunda vez en menos de un año, se ve sometida la Isla. Soluciones definitivas, por ahora, ninguna.

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