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Ana Rosa Barrera: camionera y futbolista

La güimarera de 28 años conduce un camión articulado transportando contenedores por el día y de noche le da patadas a un balón
Ana Rosa Barrera, con el enorme camión que conduce desde hace tres meses / DA

Ana Rosa Barrera, de 28 años, vecina de Güímar, es un fiel ejemplo de las barreras que ha roto la mujer en los últimos años. Ya resulta difícil encontrar una profesión o una labor en donde el conocido hasta no hace mucho como el sexo débil no esté presente en nuestra sociedad.
Ana Barrera reconoce que lo suyo no es muy normal y que todavía hoy hay quien se asombra que conduzca un enorme camión o le de patadas a un balón.

La güimarera trabaja casi todos los días guiando un camión articulado y por la tarde-noche se dedica al fútbol en el Atlético Unión Güímar. “La verdad es que lo tengo todo, camión y fútbol, pues ya me dirás”, comenta con una sonrisa cómplice. “Desde luego -prosigue- que tienes que hacer oídos sordos a algunos comentarios, como el de uno que me preguntó en el muelle qué empresa contrataba mujeres para conducir tamaño gandola, pero también hay muy buena gente y además creo que hay tres o cuatro mujeres más que llevan camiones, articulados”, afirma.

Aunque desde muy joven ha estado ligada al mundo del transporte, porque su abuelo primero y su padre después han sido camioneros, Ana Barrera lleva poco tiempo guiando estos grandes trailers. “En realidad solo llevo tres meses conduciendo camiones articulados de una empresa familiar de transporte (Obeza) que ahora está a mi nombre. Hace un año me saqué el carnet para conducir camiones rígidos y en junio el de articulado. No es que me disguste, todo lo contrario, me llama la atención y me gusta”.

Ana Barrera terminó el Bachillerato, hizo dos cursos superiores y luego se quedó trabajando en una empresa de transporte, “pero no era la mía, hasta que creamos la empresa familiar y me puse a llevar el papeleo, ayudando a descargar, llevando repuestos, lo que hiciera falta”.
Reconoce que conducir esos grandes camiones articulados “me iba a resultar más fácil, cuando llevo toda la vida viendo a mi padre y a veces conduciéndolos por nuestros terrenos. Entendía que no podía ser tan complicado, pero a la hora de acumular el camión en un muelle o descargar marcha atrás se complica un poco más. No es fácil, pero como todo, con la práctica termina saliendo”.
Para ella el físico, a pesar de lo que se podría pensar, “no es primordial en la conducción de un camión”, sino el hecho de tener “buenas manos, buenos reflejos y sobre todo buena vista, tener los cinco sentidos bien abiertos, para adelantarte siempre a lo que van a hacer los demás, porque son muchas toneladas de peso las que llevas en las manos y no deja de ser peligroso”.

La joven güimarera suele transportar contenedores de todo tipo, “del puerto de Santa Cruz a San Miguel, a Güímar o a cualquier polígono, donde el cliente diga que le llevemos la carga”, comenta Ana.

La empresa Obeza dispone de cinco conductores y diariamente se reparten los trabajos desde las seis de la mañana hasta las tres o cuatro de la tarde, “aquí, en realidad, uno sabe cuando entra pero no sabe cuando sale”.

Reconoce Ana Barrera que la pandemia se ha dejado notar en su trabajo. “Uff, sí que lo hemos notado. Es toda una cadena, si no se consume no se vende y si no se vende los clientes no piden y si no piden ahí estamos nosotros, que no podemos llevar nada”.

El fútbol es otra de sus pasiones; juega de delantera en el Unión Atlético Güímar /DA

Y tras largas horas a los mandos del camión, a Ana Barrera todavía le quedan fuerzas para dedicarse a su pasión, el fútbol. Juega de delantera en el Atlético Unión Güímar, que esta temporada se quedó a un partido de ascender a la segunda categoría del fútbol español, en esa que están los filiales de la Liga Iberdrola. “Acabo muerta en vida -dice-; es un tute entrenar casi todos los días a las ocho, un sacrificio, pero si no jugara al fútbol igual no podría llevar tampoco el camión, porque es mi vía de escape. Lo que te apetece cuando llegas a casa cuando aparcas el camión es descansar, pero el fútbol es mi medicina”, y no lo hace solo como una simple afición, porque “nuestro objetivo sigue siendo jugar los play-offs de ascenso”, otra barrera que espera superar Ana Rosa.

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