
Una barandilla, una acera, la mejora de un acceso o simplemente colocar un punto de luz, son muchas de las obras que mejoran la vida de los vecinos, y que, a veces, necesitan del “cariño” pero también de la “insistencia” de los responsables administrativos para que salgan adelante. En Anaga, su actual concejala, Inmaculada García, sabe mucho de eso. Durante cuatro años fue la directora de la oficina del Distrito Anaga, con José Alberto Estébanez como concejal. Ahora, tras un año en la oposición, es ella la concejala encargada de gestionar las peticiones del distrito. Desde su llegada, ya ha puesto en marcha una decena de expedientes haciendo caso a las peticiones de los PBC (pueblo, barrio y caserío) que es como ella distribuye la composición de Anaga. “Esos expedientes son el resultado de las primeras reuniones que mantuve con los PBC. Ellos me trasladaron lo que necesitaban de forma más inmediata, y nos pusimos a trabajar en ello”, explica García.
Asegura la edil que, “cuando entré había muchos otros expedientes que estaban atascados, y ya se están ejecutando, había algunos incluso que estaban paralizados desde la época en la que yo estaba como directora de Distrito Anaga”. Explica la edil que, al no poder licitar de manera directa desde el distrito, “tenemos que estar encima de las otras áreas, preguntando un día sí y otro también cómo va la barandilla de un sitio o la acera de otro. Hay que abrir el expediente pero también hacerle seguimiento, porque no puedes dejarlo sin más”.
Alumbrados, bordillos, barandas o asfaltados son algunas de las cosas que ya están caminando. Hasta el momento se han ejecutado más de 96,000 euros. “Los que se abrieron antes de julio ya están todos para ejecutar, algunos ya se están haciendo en estos momentos, y los que se abrieron después están en distintas fases administrativas, pero avanzando”.
Entre los proyectos ejecutados, García destaca el que se ha llevado en la galería de Catalanes. “No conocía que en Catalanes había una galería, con una carretera de acceso en la que hay unas ocho viviendas, con personas mayores. Ahí el acceso no permitía que entrara una ambulancia, tras la obra ahora ya puede hacerlo. No es una gran obra pero le soluciona la vida a los vecinos”. Otra de las intervenciones es la de dotar de accesibilidad al interior de Taborno. “Por ejemplo hay un vecino que se mueve con muletas y hemos hecho un pequeño hormigonado que ahora le permite bajar una silla de ruedas, un carro de la compra o una camilla”.
Pero si hay un proyecto por el que Inmaculada García lleva años batallando, como ella misma admite, es la de construir el acceso a la parte alta de El Suculum. “Esa carretera nos ha costado mucho sacarla adelante. Hemos tenido muchas trabas y aún no está terminado el trámite. Ahora mismo lleva meses en la asesoría jurídica y mi compañero Dámaso (Arteaga), concejal de Infraestructuras, sabe que voy a estar encima peleando para que salga esa vía. Esa carretera tiene que salir sí o si”.