La pandemia ha disparado el uso de las tecnologías móviles y a través de estas se comparten ingentes cantidades de bulos sobre asuntos sanitarios. Dicha práctica puede poner en juego la salud de quienes reciben los mensajes o de su entorno. Por ello, el catedrático (jubilado) de Farmacología y Terapéutica General de la Universidad de La Laguna José Nicolás Boada alerta de los “intereses espurios” que se esconden detrás de la desinformación.
“Me gustaría advertir de que en momentos críticos como en los actuales, surgen intereses espurios para ofrecer medicamentos y ofrecimientos que se presentan como la solución a todos los males. Y ante esto, hay que ser contundentes”, dijo Boada durante su intervención en las V Jornadas del Instituto Canario de Bioantropología, en la que habló sobre la lucha antiinfecciosa durante la pandemia por la COVID-19.
Entre las soluciones para acabar con la desinformación, Boada afirmó que primero hay que reclamar responsabilidad a quienes suministran estos contenidos, quienes deben velar porque las fuentes que traten este tipo de asuntos sean “expertos formados tanto en epidemiología como en farmacología”.
En segundo lugar, el catedrático invitó a confiar “solamente en los resultados de estudios que hayan sido publicados en revistas científicas indexadas y por autores experimentados que sepan interpretar adecuadamente estos estudios”.
Asimismo, sobre “todo lo publicado en redes sociales”, el experto apuntó que “puede que sea simplemente pura basura” y añadió que “no solo ensucia las mentes, sino que contribuye al desorden social, cuya recuperación postpandemia supondrá un problema de enorme magnitud”.
De hecho, Bouda dijo que Jean Pierre-Peter, historiador francés y director de los Estudios en Historia y Antropología de la Medicina de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París, ya escribió en 1984 un artículo titulado ‘Reparar el desorden del mundo, la medicina ante la enfermedad epidémica’ en el que analiza la epidemia de neumonía en Europa durante el siglo XVIII.
“La sorpresa, el desconocimiento, la angustia, la mala gestión política, los intereses espúreos, la descoordinación, los alarmismos…en definitiva el desorden, es lo que para este sociólogo francés constituye el primer objetivo a conseguir superar en la reconstrucción postpandemia y se asemeja a lo que vivimos ahora”, valoró Boada.
Por último, el experto señaló cómo en fotografías de los hospitales de campaña de la epidemian de gripe de 1918 se reflejan rasgos comunes con la actual pandemia. Pero, siendo positivo, señaló que existen diferencias como las actuales distancias entre los pacientes, la presencia de mascarillas en el personal, así como la disponibilidad de oxígeno y nuevos tratamientos: “Factores que hacen disminuir la mortalidad”.