Alejandro Martínez, técnico asistente de los Liaoning Flying Leopards de la liga china, siempre ha mostrado su lado más solidario. Lo hace, de manera especial, cada 19 de octubre, Día Mundial del Cáncer de Mama, desde hace muchas temporadas y este curso, desde la lejana China, no quiere que sea menos.
Ha lucido corbatas rosas, regalado silbatos del mismo color a sus compañeros de banquillo, subastado pizarras y donado dinero, algo que volverá a repetir coincidiendo con la disputa del compromiso Iberostar Tenerife-Joventut el próximo 17 de este mes.
“Aquí, en China, no existen las ONG, por lo que, por afinidad con su presidenta, María del Carmen Bonfante, y por la labor que realizan, el dinero recaudado irá, nuevamente, a las arcas de Ámate”, señala el entrenador justo después de acabar una sesión preparatoria de su equipo, que prepara una nueva temporada condicionada por el coronavirus.
“Mi mujer y yo nos pusimos a pensar en lo que podríamos hacer este año y, aprovechando que el 17 jugaba el Canarias con el Joventut y que Patri, mi esposa, es muy aficionada a la Penya, pues acordamos donar dinero por cada punto anotado. Yo multiplicaré los tantos del Canarias por ocho; ella, los del Joventut, por cinco”, señala Martínez.
Pero: ¿por qué esas cifras? Tampoco son casuales. El ocho, según narra el tinerfeño está considera el “número de la suerte en China ya que su pronunciación se asemeja mucho a la de la palabra fortuna”, mientras que la elección de Patri tiene que ver, totalmente, de su amor por el baloncesto: “Aparte de gustarle el Joventut, su jugador favorito era Rafa Jofresa, que llevaba el dorsal cinco, por lo que pensamos que era una buena opción”.
Pese a los 10.500 kilómetros que separan a Alejandro de su casa, no olvida a los que más lo necesitan, sobre todo en momentos tan complicados como los que vivimos actualmente, debido a la crisis por el coronavirus. Ha logrado, sin quererlo, ser un referente en este tipo de acciones solidarias.
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