En Canarias, justo después de la Conquista, en el proceso de desmantelamiento de la cultura aborigen, en el paso de una cultura aislada y local a una de dimensiones más amplias, se genera toda una sociedad de frontera que a distintos ritmos e intensidades se agolpan y se mezclan. Una de las actividades más prósperas en las islas, especialmente en las que tenían masa boscosa, como Tenerife, era la de la brea, también conocida como la pez o pegue.
Dirigido por el arqueólogo Sergio Pou, el presente proyecto trata de desarrollar una excavación en varias zonas de la pequería de Camas Verdes (Arico), que investigue la lógica operativa de los hornos de brea o pez, examinando las características habitacionales de las cabañas que se encuentran asociadas. Como proyecto de arqueología histórica e industrial, este estudio se apoya en la documentación existente sobre la formación y el funcionamiento de esta u otras pequerías por lo que se acudirá a documentos de fondos históricos.
Con la consecución de este proyecto se dará un mayor conocimiento a las “fábricas” de resina, pez o brea en Canarias desde el punto de vista de la ciencia arqueológica, inaugurando esta vía de investigación, ya que no existen antecedentes de esta clase en el archipiélago. A este respecto, la directora general de Patrimonio Cultural, Nona Perera, subraya que “es la primera vez en Canarias que se excava un horno de brea. Se trata de un estudio multidisciplinar donde se combina la documentación escrita, arqueológica y etnográfica. Son importantes porque están en espacios donde se desarrolla la vida aborigen en régimen de esclavitud con la población conquistadora que capta todos los recursos que hay en las islas. Es muy importante estudiar estas unidades arquitectónicas antes de ser restauradas para ponerlas en valor porque en su suelo subyace mucha información que por ahora ignoramos”.
Este proceso industrial se establecía en las zonas de pinar para extraer mediante la aplicación de combustión la resina de los pinos. Esta sustancia, además de otros usos, era sumamente útil para el calafateo y la impermeabilización de los navíos. Canarias, escala en la ruta a Indias o al Índico tras bordear África, se tornaba estratégica, y casi extinguida las zonas forestales resineras del Mediterráneo, todavía era de mayor importancia para el tránsito y la reparación de las naves que surcaban el Atlántico. Calafates, astilleros y carpinteros demandaban la brea para sus trabajos y Tenerife se tornaba en estos primeros siglos de la Edad Moderna como un núcleo fundamental.
Camas Verdes
Arico alberga una de las masas forestales más frondosa de la isla, y hay constancia de un gran número de peguerías, espacios donde se trabajaba la brea o la pez y a la vez donde el grupo de pegueros convivían durante la larga temporada de su trabajo. Por tanto, indirectamente habían otros trabajos asociados a este emplazamiento, como era el del avituallamiento de estos trabajadores y también el relacionado con las vías de comunicación para llevar el producto a los puertos y calas, sí como alimentos y agua para su abastecimiento. Arico es el municipio que más concentra hornos de brea.
Uno de los hornos de brea, asociado a diversos conjuntos de cabañas y una era, se encuentra en la zona de Camas Verdes, lugar en que existe una pista forestal relativamente en buen estado junto a estas estructuras. La importancia de esta peguería es que se halla sin alterar en alto grado, constituyendo un yacimiento arqueológico susceptible de investigar su significado y funcionalidad y, a ser posible, su reutilización y ulterior abandono.
Sergio Pou
Sergio Pou es el arqueólogo de la Universidad de La Laguna que dirige este proyecto de recuperación del horno de brea en los altos de Arico, como también lo es de un proyecto de recuperación de un ingenio azucarero del siglo XV en Vilaflor. Pou relata que “la explotación del monte antes y después de la conquista fue importante en La Palma y Tenerife y la madera de nuestros pinos viajó por todo el Atlántico y América”.