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La COVID-19 escalona las visitas a los cementerios

Santa Lastenia, el camposanto más grande de la capital, no registra colas ni aglomeraciones en la jornada previa a la celebración del Día de Todos los Santos
La visita de personas al cementerio de Santa Lastenia, en la capital, se ha ido escalonando a lo largo de la semana, por lo que ayer no se produjeron colas ni aglomeraciones. / SERGIO MÉNDEZ
La visita de personas al cementerio de Santa Lastenia, en la capital, se ha ido escalonando a lo largo de la semana, por lo que ayer no se produjeron colas ni aglomeraciones. / SERGIO MÉNDEZ
La visita de personas al cementerio de Santa Lastenia, en la capital, se ha ido escalonando a lo largo de la semana, por lo que ayer no se produjeron colas ni aglomeraciones. / SERGIO MÉNDEZ

No hay ámbito de la vida que no se haya visto afectado por la crisis de la COVID-19, hasta el homenaje y recuerdo a los difuntos en torno a una fecha tan tradicional y significativa como es el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos. Así, las medidas de seguridad y sanitarias contra la pandemia han llegado hasta los cementerios, que en estos días se suelen llenar de personas que acuden a dejar flores a sus seres queridos. Pero no este año. Los municipios han implementado diversas medidas y han reforzado la seguridad para evitar estas típicas aglomeraciones, especialmente hoy, y se ha pedido a la población que, en caso de acudir a los camposantos, se tratase de hacerlo de forma escalonada en días previos al 1 de noviembre, o, incluso, en algunos se ha establecido un sistema de cita previa, como en La Laguna.

Y parece que ha funcionado, al menos así parecía ayer en el de Santa Lastenia, el cementerio más grande de Santa Cruz y uno de los más visitados de toda la Isla, y que ayer vivió, con mucho calor, una jornada tranquila y sin aglomeraciones ni colas para acceder, a pesar de ser el día previo al 1 de noviembre y caer, además, en sábado. Sin embargo, parece que la gente asumió el mensaje de ir escalonando sus visitas durante toda esta pasada semana.

“Desde el fin de semana pasado ya empezó a venir gente a los cementerios, y la gente ha tomado conciencia y ha venido de forma escalonada, salvo que mañana [hoy], que es el día fuerte, nos sorprendan y venga bastante gente…, pero visto lo visto yo creo que no será, porque ha venido ya bastante gente repartida a lo largo de todos estos días de la semana”, afirmaba ayer a este respecto, Juan Iguera, gerente de Cetensa, empresa gestora del servicio en la capital, quien valoró que “el cementerio es grande, tiene espacios muy abiertos y es complicado que coincida tanta gente en un mismo momento”.

Desde los tradicionales puestos de venta de flores del entorno, el único punto donde se veía algo más de gente, también han notado que los visitantes “se han repartido en todos los días” de la semana, afirmaba Ricardo Tejera, copropietario de uno de estos establecimiento, quien valoró de manera positiva cómo ha ido el trabajo en estos días, ya que la gente está respondiendo “totalmente”. “No teníamos ningún temor” a los efectos de la COVID-19, “la gente tiene que enramar a sus difuntos y vienen, y si a la gente se le explican con antelación las normas y cómo tienen que hacerlo, no tiene por qué haber problemas”, destacó.

Desde el pasado miércoles, el Ayuntamiento capitalino ha ampliado los horarios de los cementerios, de 08.00 a 18.00 horas, y ha pedido a la población que acceda haciendo uso del transporte público, aunque se ha diseñado un plan de tráfico para controlar la llegada y el estacionamiento de vehículos privados en este camposanto.

Además, se han establecido controles, tanto de acceso como en el interior, limitando la cantidad de personas que puede acudir en grupo, así como como el tiempo que pueden permanecer en la zona, y con la posibilidad de limitar o cerrar las instalaciones si se llegasen a producir aglomeraciones. También se ha recomendado llevar los arreglos florales ya preparados, evitar la concentración de personas en lugares habituales como los puestos de venta de flores, así como en las calles del cementerio. En los accesos también se dispone de señalización específica sobre itinerarios y un recordatorio sobre las medidas preventivas.

Adaptarse

Muchos de los visitantes han adaptado sus costumbres a estas recomendaciones y normas, como Cristina González. “Yo vendría mañana, el día 1, pero este año decidí venir hoy [ayer] por si mañana estaba esto lleno. Se ve tranquilo, no hay colas, está seguro, la gente toma su distancia, muy bien”, explicaba esta mujer, que viene “todos los años, desde pequeña vengo con mi familia, porque era una tradición. Aquí está toda mi familia, mis padres, tíos, mi hermano, primos…”. “Nosotros solíamos venir todas las semanas, pero ahora con el COVID-19 no, porque uno tiene miedo y solo sale de casa para lo imprescindible”, apuntó.

Para Juli Quintero también es una tradición acudir por estas fechas al camposanto a recordar a sus familiares, en Santa Lastenia están su padre, su hermano y su marido. Lleva haciéndolo desde hace más de 20, aunque en este ha cambiado alguna costumbre para adaptarse a las nuevas circunstancias. “Todos los años venimos, hoy [ayer] es un día especial y aquí estamos. Este año lo único que ha cambiado es que yo siempre les hacía los ramos aquí, me parecía que se lo hacía más bonito, pero este año no, se lo hemos traído hecho por la COVID-19, porque recomendaban traer los ramos hechos para estar el menor tiempo posible”, explicó. Juli destacó que encontró el cementerio “tranquilo, diferente a otros años, porque otros aquí no podías estar ni enramar tranquila y hoy [ayer] hay mucha tranquilidad, da gusto estar aquí y estar un ratito con ellos”, afirmaba mientras colocaba las flores, junto Delfino Yanes, de la familia.

Y es que esa fue la tónica de ayer en Santa Lastenia, tranquilidad, sin aglomeraciones y muchos nichos que se podían ver ya enramados y arreglados de días atrás.

José Julio Bruno también viene todos los años, desde hace mucho, para rendir homenaje a su hermana y su padre. “Este año es un poco diferente porque intentas mantener la distancia, pero más o menos es igual. Al final va en tu conciencia, si tú sabes que te tienes que alejar de los demás, te alejas. De resto nada más. Nosotros siempre veníamos uno o dos días antes para evitar la masificación”, explicó, a la vez que añadió que han seguido viniendo cada dos o tres meses, como hacían antes.

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