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El derrumbe en La Gomera alarma por temor a sepultados

El Gobierno de Canarias y el Cabildo confían en que no haya víctimas, pero se decreta la situación de emergencia y se moviliza un gran operativo de rescate. Casimiro Curbelo: “Pudo ser terrorífico, pero por suerte avisó la naturaleza”
Momento en el que una parte del acantilado se desploma sobre el mar, entre el puerto de Vueltas (Valle Gran Rey) y Argaga (Vallehermoso).
Momento en el que una parte del acantilado se desploma sobre el mar, entre el puerto de Vueltas (Valle Gran Rey) y Argaga (Vallehermoso).
Momento en el que una parte del acantilado se desploma sobre el mar, entre el puerto de Vueltas (Valle Gran Rey) y Argaga (Vallehermoso).

A veces, la naturaleza avisa, como ocurrió ayer en la pista que va desde el Puerto de Vueltas, en Valle Gran Rey, hasta la playa de Argaga, en el municipio de Vallehermoso. “Un derrumbe colosal”, en palabras del presidente del Cabido de La Gomera, Casimiro Curbelo, se produjo a las 14:50 a una de las paredes del acantilado, casi llegando a la playa. Pero ya habían caído algunas piedrecillas que pudieron avisar antes del desplome, según comentaba Curbelo. Y, “en principio”, no parece haber víctimas mortales, como afirmó el propio Gobierno de Canarias.

“Mierda, mierda”, decía impresionada en alemán una mujer en un un vídeo grabado desde una terraza de esta zona de chalecitos y unos pocos apartamentos que está rodeada de huertas, que le dan un aspecto de oasis en plena desembocadura del Barranco de Argaga. Al fondo, justo encima de la pista, se ve en el vídeo como se desprenden las rocas cerca de la última furgoneta que había aparcada en en el camino. No se divisa a nadie por la zona. Luego, una nube marrón se forma sobre el mar.

“Todo apunta a que no hay víctimas”, afirmaba ayer Curbelo. “Me reservo la última duda de que pueda haber algún sepultado, pero quiero ser optimista. Creo que hemos salido airosos de este desafío que pudo haber sido una tragedia”. Cerca de la pista hay algunos bajíos donde, de vez en cuando, hay personas pescando. También suele haber furgonetas y caravanas. Pero no es un lugar frecuentado por los gomeros, según Curbelo, porque son conscientes del peligro de la zona. De hecho, hay una señal que advierte de los posibles derrumbes. Sin embargo, sí es un área zona transitada por extranjeros, especialmente alemanes. En 2013 ya murió una turista de cuarenta años de ese país, aplastada por unas rocas mientras acampaba junto a sus hijos pequeños, que salieron ilesos. Pero no es tan fácil gestionar la pista: nace en un municipio y acaba en otro, y fue originalmente concebida como pista privada para llegar a la finca que estaba en la zona. Está junto al mar, lo cual también involucra a la Dirección General de Costas. Y forma parte del Parque Rural de Valle Gran Rey, que gestiona el Cabildo de La Gomera. En el artículo 124 del Plan Rector del Parque, aprobado por la Consejería de Medio Ambiente en el año 2006, se asegura que “El acceso a la Playa de Argaga deberá ser objeto de estudio, valorando alternativas y estableciendo las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la vía”.

En 2016, Sí Se Puede ya manifestó al actual alcalde de Valle Gran Rey, Ángel Piñero -antes de CC y ahora de NC- su preocupación por las condiciones de la pista. El Instituto Volcanológico de Canarias recordaba ayer que “las condiciones geológicas y geomorfológicas de la naturaleza volcánica de las islas determinan un grado de inestabilidad en sus taludes y laderas”. Y afirmó que “es urgente desarrollar programas de prevención que contribuyan a reducir el riesgo asociado a este tipo de peligros naturales dado que estos pueden producir víctimas, cortes de carretera y cierres de espacios de ocio”. En abril, en pleno estado de alarma, también hubo algunos desprendimientos.

En el dispositivo de ayer participaron bomberos voluntarios de Valle Gran Rey, Protección Civil de La Gomera, Ayudas en Emergencias Anaga, Cruz Roja, Policía Local, Guardia Civil, tres helicópteros del Gobierno de Canarias, uno con base en La Gomera, otro en El Hierro y otro en Tenerife, enviados por la Dirección General de Seguridad de Emergencias, cuyo titular, Gustavo de Armas, se trasladó aa la isla.

También se declaró la situación de emergencia en aplicación del Plan Territorial de Emergencia de Protección Civil de la Comunidad Autónoma de Canarias. El Ejecutivo también mandó un equipo de rescate canino para seguir buscando y confirmar que no había nadie entre los escombros. Alrededor de una decena de personas fueron evacuados ayer de la playa.

Hasta Pedro Sánchez estaba ayer “impresionado” con las imágenes del derrumbe, como señaló en su cuenta de Twitter, donde deseaba “las mejores noticias” y que no hubiera “víctimas atrapadas”. Según Curbelo, no se recordaba un derrumbe así en la isla. “Hubo uno muy grande en la zona de Majona, en Puntallana, al noreste de la isla. Pero fue de noche”.

Lo que es imposible de olvidar es otra historia que ocurrió cerca del barranco de Argaga, en el risco de Teguerguenche, cuando una cabra tuvo que ser sacrificada después de varios días atrapada en la zona por haber dado a luz recientemente. Sin poder dar de mamar, las ubres no paraban de crecerle y se hacían cada vez más grandes. Hasta que finalmente se decidió terminar con su vida, después de varios intentos por salvarla, alguno de ellos bastante rocambolesco. Sin embargo, antes de ser abatida por un tiro de escopeta a las siete de la mañana de un siete de mayo de 2008, hubo que superar la oposición de distintos grupos ecologistas, algunos de los cuales llegaron a ir a los tribunales para evitar que sacrificaran a la cabra. Estos animales, que suben por laderas imposibles, también producen a veces pequeños desprendimientos. Pero nada como lo que ocurrió ayer en Valle Gran Rey, donde la tierra se desplomó de repente sobre una pista imposible de olvidar a partir de ahora.

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