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Eugenio, el artífice de una ilusión navideña intacta: “Ahora más que nunca, hay que mantener la magia”

El estilista tinerfeño es popular en Tenerife por decorar su hogar con los detalles más exuberantes; este año, reivindica una Navidad prudente que mantenga vivo el espíritu
Eugenio Báez tiene claro que vivirá con ilusión estas fechas marcadas por la pandemia. | Sergio Méndez

Cojines bordados, cascanueces de todos los tamaños, bolas rojas, doradas, plateadas… La casa de Eugenio Báez se transforma cada final de año en una auténtica exposición navideña. Este tinerfeño de corazón colombiano tiene claro que ni la pandemia ni la crisis económica parará su pasión por esta época, tan atípica en 2020 para los hogares de todo el país. Sorprendentemente, estudió para dedicarse a la psicología forense pero la industria del textil y la moda se topó en su camino. En la actualidad, dirige la tienda de alta costura Noval Novias situada en Santa Cruz de Tenerife.

Lejos de tendencias pasajeras, el entusiasmo por la decoración le viene al estilista de familia. “Viví en Medellín cuando era niño y allí celebrábamos la Navidad a lo grande: comenzábamos con los preparativos desde agosto y mis tías eran las encargadas de hacer todo a mano”, explica a DIARIO DE AVISOS. A finales de los años 80, cuando aterrizó en las Islas para emprender una nueva vida junto a su familia, “me impactó que aquí apenas se celebraba”. Por ello, Eugenio siempre se ha esforzado por mantener viva la tradición familiar hasta tal punto que, entre su círculo, lo conocen por ello. “Muchos venían a casa para ver los adornos que había escogido ese año y yo les ofrecía té y dulces para completar así la visita navideña”, dice entre risas. Y aunque la Covid-19 impida la popular cita de sus familiares y amigos, ya ha puesto a punto la vivienda que comparte con su madre para recibir las fiestas. “No podemos perder la ilusión, sobre todo en un año tan triste y complicado; tenemos que dar las gracias por estas sanos y vivos”, declara.

El estilista cambia todos los años el estilo de la decoración. | Sergio Méndez

Fiel a sus principios, Eugenio siempre apuesta por mayor calidad y menor cantidad: “Me gustan los artículos buenos, de hecho, el árbol lo tengo desde hace unos 15 años”. Afirma que jamás tira nada porque “ya contaminamos demasiado”. “La misma decoración la reciclo para el año siguiente dándole un toque diferente o, directamente, la reparto entre mi familia”, cuenta el estilista, quien admite que cuando era más joven compró muchos productos de bajo precio que se estropeaban con facilidad. No obstante, para aquellos bolsillos más ajustados aconseja mezclar ambas ideas “utilizando la imaginación para combinar”.

A pesar de haber realizado alguna colaboración puntual, la mayor parte de la inversión ha sido suya. “Tengo un belén de papel maché a juego con los cojines, unos 50 cascanueces de Navidad, juegos de café, vajilla, más de 20 cojines navideños que he ido comprando en diferentes ciudades a las que he viajado…”. El tinerfeño cambia el estilo cada año y, por ello, empezó con los preparativos a mediados de noviembre; este año con algo de retraso, según su criterio. “Lleva su trabajo pero yo lo intento disfrutar lo máximo posible”, cuenta con vehemencia. Al ser preguntado por el lugar donde guarda los detalles cada 7 de enero, el estilista sonríe y reconoce que ha alquilado un trastero en la capital tinerfeña para colocar únicamente la decoración navideña.

“Mantener vivo el espíritu de la Navidad es más necesario que nunca porque en la calle se respira mucha tristeza”, afirma en alusión a la segunda ola de contagios que sigue golpeando con fuerza Tenerife. Se muestra en contra de aquellos que sostienen que pasarán las fiestas en pijama y sin haber montado ni una sola pieza del belén en sus hogares: “Tenemos que darle un chute de alegría a la rutina e incentivar la decoración en casa es toda una alegría visual, es lo que se denomina colorterapia“. Eugenio y su madre tienen claro que lucirán sus mejores galas para cenar juntos esta noche porque “esta especie de paréntesis en nuestra normalidad debe ser lo más armonioso posible”.

Para Eugenio la Navidad es el viernes de cada mes, una alegría constante, y aunque este año no sepa como hasta entonces hemos saboreado diciembre, este amante de las fiestas y el buen gusto se esfuerza cada día por mantener las tradiciones, decorar y, en definitiva, sobrellevar la pandemia de la mejor forma posible. “¿Que si sentiremos nostalgia? Seguro que sí pero recordar también es bueno, sano y necesario. Ahora es importante centrarnos en los pequeños detalles, en las pequeñas felicidades sin perder nunca la magia de la Navidad”.

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