solidaridad

La labor del voluntario cobra una mayor importancia en esta crisis del coronavirus

Aproximadamente el 12% de la población de las Islas, unas 240.000 personas, desarrollan labores solidarias; la pandemia ha incrementado la ayuda y la participación. Más de dos millones de personas que nunca habían hecho voluntariado se han implicado en España en algún tipo de acción solidaria durante los peores meses de la pandemia y ocho de cada diez que ya lo hacían han reforzado su compromiso
Petra Francisco, a sus 75 años, es una de las personas que recibe, en el actual estado de alarma, la ayuda de Cruz Roja, que la acompaña y atiende en sus necesidades FRAN PALLERO
Hay muchos héroes en esta batalla ante el virus, como los violuntarios de Cruz Roja / F.PALLERO

Cada 5 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Voluntarios, una jornada para resaltar la importante labor que realizan todas aquellas personas que deciden de forma desinteresada tender una mano y dar parte de su tiempo para el prójimo en un acto de solidaridad.

En tiempos de pandemia del coronavirus su importante labor se ha visto aún más incrementada. Según el último estudio sobre el Perfil del Voluntariado de España en este 2020, más de dos millones de personas que nunca habían hecho voluntariado se han implicado en algún tipo de acción solidaria durante los peores meses de la pandemia y ocho de cada diez que ya lo hacían han reforzado su compromiso. El Observatorio del Voluntariado en España señala que unas 2,5 millones de personas realizan una tarea de forma constante y durante la pandemia hubo unos 4,5 millones de voluntarios en España.

En cuanto al perfil del voluntariado, según muestra el estudio, la cifra entre hombres y mujeres se ha equilibrado, 53% de mujeres y 47% de hombres, mientras que su edad media se sitúa entre los 45 y los 54 años. La persona voluntaria tiene un nivel socioeconómico medio-alto y un nivel medio de formación.

En Canarias, se estima que casi el 12% de la población realiza labores de voluntariado, y hay 370 entidades que desarrollan su labor en ese ámbito: 171 en Gran Canaria,157 en Tenerife, 14 en Lanzarote, 11 en La Palma, 11 en Fuerteventura, cinco en La Gomera y dos en El Hierro.

Destacan por su trabajo atendiendo a los colectivos en exclusión y ayudando a las personas con dificultades que se han visto perjudicadas por el importante impacto de la crisis a nivel social, económico y sanitario, sin olvidar los procesos migratorios.

La Covid-19 desborda a Cruz Roja: 86.000 personas en dos meses. Cruz Roja
La Covid-19 desborda a Cruz Roja: 86.000 personas en dos meses. Cruz Roja

Casi 18.000 en Cruz Roja
Cruz Roja en Canarias cuenta actualmente con el apoyo de 17.617 personas voluntarias (200.000 a nivel nacional), de las que más de 3.200 se han sumado para hacer frente a la COVID-19, para ayudar a más de 156.000 personas de colectivos vulnerables a través de la respuesta en sus áreas de emergencias y distribución de bienes básicos de primera necesidad, inclusión social, salud, socorro, educación virtual para niños y niñas vulnerables, empleo o medioambiente. Su perfil mayoritario es el de mujer, el 68% entre 20 y 29 años, y con estudios superiores, con perfiles profesionales de las ramas sanitaria, de administración, educación y logística.

“Son el músculo de la organización, la base de la mayor operación de la historia de Cruz Roja en cuanto a movilización de recursos, capacidades y personas”, resalta la institución. “Debemos agradecer y reconocer su compromiso para estar donde hace falta, porque demuestra su carácter esencial, más que nunca en tiempos de pandemia, para las personas que reciben la ayuda”, afirma Cruz Roja.

La labor de acompañamiento de los voluntarios de Cáritas en sus barrios y parroquias también ha sido importante. | DA

Cáritas: “son nuestro pilar fundamental”
Cáritas Diocesana de Tenerife cuenta en la provincia de Santa Cruz de Tenerife con más de 900 voluntarios aproximadamente. “Son nuestro pilar fundamental y han aumentado en esta pandemia”, afirma Jesús Alberto González, su coordinador.

La mayoría trabaja en los equipos de las parroquias de los barrios y los pueblos realizando distintas acciones de atención social a las familias sin recursos, en los puntos de atención y acogida, así como en el apoyo de talleres, acciones formativas y de empleo, acompañamiento a mayores, casas de acogida y recursos alojativos o de atención a personas sin hogar.

“Sobre todo tienden una mano, atienden, acogen y escuchan a los más vulnerables”. En el perfil de su voluntariado sobresalen las mujeres, de edad madura, por lo que muchas tuvieron que quedarse en sus casas por ser personas de riesgo, pero no dejaron de trabajar desarrollando labores de acompañamiento telefónico.

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