La situación epidemiológica de Tenerife condicionará el tipo de Navidad que se vivirá en la Isla. Ayer, el Gobierno de Canarias dio a conocer las medidas por las que se regirá esta temporada vacacional en el conjunto de la autonomía, imponiendo un toque de queda general entre la 01.00 y las 06.00 horas desde el 23 de este mes hasta el 10 de enero, y pudiendo ampliar el aforo de las comidas familiares en las fechas de mayor tradición (24, 25 y 31 de diciembre o el 1 de enero) siempre que las circunstancias sanitarias lo permitan. Esta última laxitud, sin embargo, no sería de aplicación a los tinerfeños, que continúan encabezando las cifras de contagios en toda la región.
Y es que, de seguir en la misma senda -por el momento estará señalada con el semáforo rojo de Sanidad hasta el día 10-, la Isla podría llegar a tener que asumir nuevas restricciones, tal como advirtió el portavoz del Ejecutivo, Julio Pérez, si bien supeditó la decisión final al criterio de los expertos. A pesar de ello, quiso ser claro y explicitar que las medidas “tomadas hasta ahora no están dando los resultados deseados y no sabemos aún las causas”. Entre las opciones barajadas se encontraría una reducción del número de personas en las reuniones en espacios públicos y privados, u horarios más estrictos para la limitación de la movilidad nocturna.
El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, también adelantó, por su parte, que firmará tres decretos para regular el tránsito de viajeros con las Islas. En este sentido, indicó que la Administración se encargará de costear pruebas diagnósticas de coronavirus a los residentes que regresen con motivo de las fiestas al Archipiélago, de modo que se pueda prevenir la aparición de casos importados. Además, en la misma línea, habrá una regulación específica para los peninsulares no residentes que deseen desplazarse a la comunidad, con la salvedad de que los test a los que se sometan no correrán por cuenta de la institución. Y habrá una norma para los extranjeros, facilitando así la reactivación del sector turístico, con especial atención al mercado británico, con garantías.
Por otro lado, al hilo de las recomendaciones del Ministerio, las autoridades canarias sugirieron a la población efectuar sus compras de forma anticipada, evitando las aglomeraciones que suelen producirse a última hora. Aparte, los estudiantes deberán extremar las precauciones hasta 10 días antes de partir hacia las Islas, y, una vez arriben a la región, la pauta marcada es que intenten limitar sus contactos al máximo, ciñéndose en lo posible a los convivientes. Con respecto a las celebraciones religiosas señaladas en el calendario, como la Misa del Gallo, podrán tener lugar respetando los horarios de movilidad, aunque se priorizarán las emisiones por servicios telemáticos. Y en lo referente a los establecimientos de hostelería y restauración, echarán el cierre antes de la medianoche, salvo en las islas marcadas en rojo, que seguirán la regla de que a las 23.00 horas se aceptarán los últimos clientes.
Por último, también en concordancia con el Estado, los usuarios de centros sociosanitarios que abandonen las instalaciones en las que permanecen habitualmente para acudir al domicilio de sus familias se realizarán un test a su reingreso y, si procede, guardarán cuarentena. Se trata del protocolo base, aunque el Gobierno asegura que las consejerías de Sanidad y Derechos Sociales elaborarán un protocolo más exhaustivo, especialmente para estipular en qué términos se llevará a cabo la salida de los residentes y cómo serán las labores de vigilancia cuando regresen.