la laguna

Las bodas de plata de la Masonería

Se cumplen 25 años desde la constitución de la logia masónica Nuevo Mundo 88, la primera de habla hispana instalada en el Archipiélago. El DIARIO hace un repaso por su trayectoria
Templo en el que los integrantes de la logia masónica Nuevo Mundo 88 organizan sus ritos y celebraciones; un recinto situado en La Laguna | CEDIDA

“Libertad, igualdad y fraternidad” es, sin duda, la consigna más afamada de la Revolución Francesa. Pero también de la Orden Masónica, esa organización que suele ser objeto de censura y prohibición por parte de las dictaduras y que en España ha pasado de considerarse una hermandad secreta a definirse como “discreta”. Y en la isla de Tenerife, hace escasos días, el 16 de este mes, los masones celebraban las bodas de plata de su reaparición pública tras el franquismo. En concreto, se cumplen 25 años desde que comenzara a operar en la Ciudad de los Adelantados la logia -nombre que reciben cada uno de sus grupos territoriales- Nuevo Mundo 88; el primer “taller” masónico de habla hispana instalado en Canarias.

Los orígenes de su constitución, en 1996, según ha podido saber DIARIO DE AVISOS, no estuvieron exentos de problemas administrativos, si bien en ese tiempo ya existían en las Islas otras logias encabezadas por británicos. Para “levantar columnas”, expresión empleada por los integrantes de la congregación para referirse a la fundación de sus colectivos, necesitaban contar con siete maestros masones, una cifra que alcanzaron. Entonces, toda vez culminados los trámites burocráticos, tanto de carácter interno con la Gran Logia de España como con la Administración pública, decidieron que en primer lugar se emplazarían en el municipio de Tacoronte. Allí estaría localizado inicialmente su lugar de trabajo.

La Masonería tiene influencias de distintas culturas, aunque quizá uno de los aspectos que más ha trascendido a la sociedad profana sobre su forma de estructurarse es el de los principios que comparte con el sistema gremial de la Edad Media. Se divide en tres grados: Aprendiz, Compañero y Maestro, clasificación similar a la que regía los oficios del medievo. Quien quisiera ser carpintero en el siglo XV debía encontrar a un maestro artesano que le instruyera en el taller. Esa vertiente importada es la que llaman “fase operativa”, en referencia a la utilización real de los materiales para darles forma, y a la que habría seguido la “simbólica”, reinante en la actualidad.

Los primeros pasos de Nuevo Mundo 88 estuvieron marcados por una dinámica nómada. Al recinto donde se radicaron en Tacoronte le siguieron otras tantas ubicaciones, hasta recalar de manera más asidua en un local de la capital tinerfeña. No obstante, no sería hasta tiempo después que hallaran un enclave en La Laguna en el que establecerse definitivamente. El mismo, tal y como se puede observar en las imágenes que acompañan esta información, posee una fuerte carga simbólica, de acuerdo a los preceptos de la Orden. “Cada elemento está en su lugar justo y perfecto”, señalan las fuentes consultadas por el DIARIO. El templo está presidido por un Sol, una Luna y una mesa con algunos objetos, entre los que hay un candelabro. En la pared del fondo, también se distinguen las letras A.L.G.D.G.A.D.U., y en el techo, una recreación del cielo estrellado, en la que se reconocen varias constelaciones. Además, en medio de la escena, se emplazan tres columnas de diferentes órdenes arquitectónicos.

MASONERÍA EN TIEMPOS DE LA COVID-19

Siglos después, los masones mantienen su “tradición iniciática” y la “búsqueda y la construcción de valores” sin caer en “dogmatismos”, según se recoge en la web de la Gran Logia de España, representante, junto al Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, de la “obediencia masónica regular” en nuestro país. Sin embargo, hace un año todo cambió radicalmente, incluso para esta hermandad. El confinamiento que trajo consigo la irrupción de la COVID-19 paralizó su actividad, lo que les condujo a una “adaptación virtual” de sus ritos y celebraciones, explican las fuentes consultadas por esta redacción, que destacan la labor “silenciosa” desarrollada en los últimos meses por sus “hermanos” sanitarios en beneficio de la sociedad en general.

El pasado día 16, los miembros de Nuevo Mundo 88 no pudieron llevar a la práctica los actos que tenían previstos, dado que requerían presencialidad. Por eso, y hasta que el contexto epidemiológico mejore, afirman que se limitarán a recordar, en la intimidad, los que sí organizaron el 1 y 2 de abril de 2016 en conmemoración del vigésimo aniversario de su logia. Un evento del que, cuentan, nació una oda compuesta por uno de sus integrantes, que a buen seguro, les amenizará la espera.

HERMANDAD CON LA PANDEMIA Y LOS RECUERDOS DEL VIGÉSIMO ANIVERSARIO

Desde que estallara la pandemia, los masones, si bien admiten a DIARIO DE AVISOS haberse visto obligados a abandonar la presencialidad, aseguran no haber dejado de lado su actividad filantrópica y su sibilina labor, dentro del marco en el que se mueven, que la Gran Logia de España resume con dos términos que guiarían a la Orden en sus acciones: “fraternidad y solidaridad”.

Y vista esta “adaptación virtual” a la que han estado abocados, a los integrantes de Nuevo Mundo 88 solo les queda tirar de los recuerdos grabados en su retina sobre la celebración de sus 20 años en 2016. Entonces, se organizaron dos conferencias: una, sobre Masonería en Canarias, a cargo del abogado criminólogo y profesor universitario José Carrasco, y otra titulada Masonería: La posibilidad de expresión en el siglo XXI, del escritor, filólogo y periodista Josep Franco. A esas charlas le siguió una cena informal abierta a familiares y amigos, para, en la jornada siguiente, dar paso a una “tenida magna” y un “ágape fraternal”.

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